El Economista

El Ibex se ‘agarra’ al turismo y a la banca para aguantar los beneficios

Los analistas han elevado su previsión de beneficio para 2023 en un 8% desde el inicio del curso, pero todavía se espera que el BPA del Ibex caiga un 5% con respecto al año pasado

- Por Carlos Simón

Aunque la temporada de resultados del primer trimestre del año todavía no ha acabado (hasta el último día de este mes las empresas todavía pueden anunciar sus cuentas), ya más o menos se puede tener una fotografía de cuáles son las compañías que están saliendo reforzadas en este comienzo de año.

El pasado fue un ejercicio extraordin­ariamente bueno para el Ibex en este sentido ya que alcanzó un beneficio por acción (BPA) de 869 euros, el mayor desde 2010 gracias a factores como el incremento de los precios de las materias primas, el resurgir de los tipos de interés para la banca y alguna operación corporativ­a que dejó beneficios extraordin­arios en alguna de las 35 empresas del selectivo. Si bien, hay que tener en cuenta que venía de dos años especialme­nte difíciles a causa de los efectos de las restriccio­nes por el coronaviru­s.

Sin embargo, los analistas comenzaron a reducir las expectativ­as de cara a este curso a medida que la inflación iba haciendo mella en los márgenes de las empresas y los precios de las materias primas se normalizab­an, anticipand­o una caída importante del BPA en 2023 (al igual que sucedía en el resto de las grandes plazas europeas).

A comienzos de año la previsión del consenso de analistas que recoge FactSet era de un descenso del BPA del 13%, hasta los 754 euros. Desde entonces, el Ibex ha podido ir escalando hasta dejar la hipotética caída en el 5,7% después de asistir a una mejora de las estimacion­es de más del 8%. Esto contrasta con lo que está sucediendo en otros índices. Sin ir más lejos, en el Stoxx 600, aunque sí se ha visto cierto punto de inflexión, todavía se espera un beneficio por acción menor que a comienzos de año. En el caso del S&P 500 también, incluso más, pues ha habido un 4% de deterioro en 2023. Aún así, el BPA tanto del Stoxx 600 como del S&P 500 crecerá este curso si se cumplen las previsione­s actuales de los expertos. “Que haya más revisiones al alza en el Ibex tiene que ver con el sesgo sectorial, aunque también el tono mejor de lo esperado de la economía”, apuntan en Singular Bank.

Quizá el gran catalizado­r que está obligando a las casas de análisis a revisar sus estimacion­es son las propias compañías, que están dando pistas al mercado cuando anuncian sus resultados, como hicieron con los beneficios del último trimestre de 2022 y lo están haciendo ahora con los del primer cuarto del presente ejercicio. En este sentido, a falta de terminar oficialmen­te la temporada de resultados, las empresas del Ibex han reportado unas ganancias un 18,5% mayores de las esperadas por los analistas. En el caso del índice de referencia en Europa, el Stoxx 600, la mejora frente a la previsión ha sido de algo más del 27% mientras que en el S&P 500 de Wall Street, con las presentaci­ones prácticame­nte acabadas, se ha logrado superar las expectativ­as en un 6%.

“Los beneficios continúan sorprendie­ndo ampliament­e al alza, pero las reacciones de las bolsas no están siendo tan positivas”, explican desde Julius Baer. “En EEUU ya estamos en una fase avanzada de la temporada de presentaci­ones y los resultados del 79% de las empresas han sido mejores de lo esperado, cuando la media de los últimos años ha sido del 74%”, añaden. El telón de fondo es que en los últimos meses los analistas habían rebajado considerab­lemente sus perspectiv­as, haciendo más fácil batirlas y demostrand­o que se habían pasado de pesimista mientras que los inversores no habían recogido tal expectativ­a atendiendo a la buena evolución de la bolsa durante estos primeros cuatro meses del curso y a la reacción a los resultados presentado­s. “Siempre es positivo que los analistas revisen al alza sus estimacion­es pero es cierto que probableme­nte habían pecado de exceso de conservadu­rismo, aunque en general se suele tender a ello, especialme­nte en Estados Unidos”, explica Ignacio Cantos, de Atl Capital. “Se están viendo más mejoras en Europa que en EEUU principalm­ente por los efectos de los fondos europeos tras la pandemia, que están empezando a aflorar y a sostener la actividad; además, se estaba descontand­o una recesión que todavía no vemos”, añade.

“Hasta hace no tanto tiempo se estaba descontand­o en los análisis que la subida de tipos iba a impactar más en la marcha de la economía, sin embargo, los consumidor­es han mantenido su nivel de gasto, por lo que los fabricante­s han podido trasladar el aumento de costes de producción al precio final, lo que se ha traducido en este aguante de márgenes mejor de lo previsto por muchos”, explica Antonio Aspas, socio y miembro del consejo de Buy & Hold.

Para esta escalada, el Ibex claramen

te se ha agarrado a un tipo concreto de presas, como son las del sector bancario y las del turismo, con el apoyo de otras también. “El sector bancario se ha quedado un poco en tierra de nadie ya que aunque los tipos altos le benefician, el impuesto del gobierno lo ha compensado parcialmen­te; no tienen problemas de liquidez y prefieren tener más margen que volumen, por eso no están remunerand­o los depósitos; quitando BBVA que sí lo está haciendo muy bien, las demás se han quedado atrás en bolsa” apunta Cantos. Desde Singular Bank explican que “la crisis bancaria no se ha traducido en revisiones a la baja, aunque sí en bolsa; en el caso de las utilities se han visto mejores resultados de lo esperado, lo que explica el buen comportami­ento de firmas como Iberdrola o Endesa, mientras que en el turismo y el consumo se están benefician­do claramente de la fuerte recuperaci­ón de la actividad y las buenas expectativ­as para el conjunto del año”. “Tanto la banca como el turismo son dos de los sectores más sensibles a una eventual recesión, por lo que es normal que mientras la economía siga aguantando las previsione­s sobre ambos sean alcistas”, arguye Aspas.

Las ‘presas’ del Ibex

La compañía en la que los analistas más han mejorado sus previsione­s desde el primero de enero es IAG. La propia aerolínea mejoró sus guías después de la presentaci­ón de los resultados del primer trimestre y los expertos han ajustado al alza el beneficio neto esperado en 2023 en un 57%, hasta los 1.214 millones que esperan ahora. De hecho, esta misma semana Bank of America ha elevado en un 20% sus estimacion­es de ebit debido al menor coste del combustibl­e. “La recuperaci­ón de los beneficios está siendo más rápida de lo esperado y la menor deuda neta debería eliminar las preocupaci­ones de los inversores sobre el riesgo de una posible ampliación de capital”, señalaban.

La siguiente firma es el Banco Sabadell. Beneficiad­o por un entorno de fuertes subidas de tipos en la eurozona, su negocio ahora es más rentable y los analistas han elevado su previsión de su beneficio neto para este año en casi un 39% hasta rozar los 1.000 millones de euros, cifra nunca antes alcanzada por la entidad catalana. En sus resultados de 2022 superaron ampliament­e las expectativ­as y eso obligó a los expertos a reformular sus estimacion­es para 2023 “a causa de la mayor generación de margen de intereses, menor carga de otros ingresos y costes de explotació­n inferiores que permiten compensar la peor evolución de las comisiones netas”, apuntan los expertos de Renta 4.

La tercera presa no es de los dos grandes sectores mencionado­s, pero también tiene una historia particular. ArcelorMit­tal ha pro

A COMIENZOS DE AÑO LA PREVISIÓN APUNTABA A UN DESPLOME DEL BENEFICIO DEL IBEX DE MÁS DE UN 13%

TANTO EN EL STOXX 600 COMO EN EL S&P 500 SE ESPERAN AHORA UNAS GANANCIAS MENORES QUE AL EMPEZAR EL AÑO

emelos de los Rolling Stones, pulsera de Banco Santander y un anillo inteligent­e para analizar el sueño. “Viajo mínimo dos veces al

a México, el truco está en llevar siempre el horario de España”. Víctor Matarranz, responsabl­e global de Wealth Management and Isurance de Banco Santander, recibe a elEconomis­ta.es en la sede del Paseo de la Castellana para hacer balance cinco años después de la unificació­n de las divisiones de banca privada, gestión de activos y seguros de Banco Santander bajo su dirección. Una división que ya supone el 30% de las comisiones que ingresa el banco y que crece a doble dígito.

Se cumplen cinco años desde el arranque de esta división en Banco Santander, ¿cuál ha sido la creación de valor desde 2018?

El balance es muy bueno. Creo que hacer estos negocios hoy en día de forma muy fragmentad­a y local, en cada país, no tiene ningún sentido. Y muchas de las cosas que hemos venido haciendo durante estos años no se pueden hacer por separado, con banquitos pequeños por país. Por eso en muchos sitios se ve consolidac­ión, porque una entidad local, muy regional o en un sector muy pequeñito no tiene la escala para hacer las cosas. Nosotros creamos la división y partíamos de bancas privadas locales en los distintos países, muy desconecta­das entre ellas. Cuando un cliente se movía de un país a otro tenía la sensación de que iba a otro banco. Lo que hicimos fue conectar todas esas bancas privadas con una propuesta única. Hoy un cliente de banca privada en un país es un cliente de banca privada en todos los países, es una plataforma global para que los clientes sean clientes de Santander en el mundo. En la gestión de activos todavía más. La escala de las gestoras es fundamenta­l. Tenemos casi 200.000 millones gestionado­s, que es 1.000 veces más potente que 10 gestoras de 20.000 millones. Haberlo puesto todo junto nos ha permitido generar producto más global y medirte con gestoras mucho más grandes. En el lado de los seguros es similar, si bien tenemos una visión un poquito más regional, por ejemplo, en Latinoamér­ica tenemos un único socio, Zurich; en España y Portugal tenemos Mapfre... Lo vemos por zonas. Ese es el secreto de al división, conectar todas las operacione­s, tener escala, dar a los clientes la posibilida­d de moverse de un lado para otro y de acceder a productos que si no, no podrían acceder, y eso nos ha permitido crecer más que el Grupo durante todos estos años. Ya somos alrededor de un 30% de todo el negocio de comisiones que se genera con un crecimient­o relevante en activos gestionado­s hasta algo más de 400.000 millones.

¿Cuál es el objetivo?

Gracias a toda esta colaboraci­ón, esta globalidad, hacia el año 2025 deberíamos llegar a tener 500.000 millones de activos bajo gestión que ya te permite empezar a ser un jugador relevante.

La previsión de crecimient­o del 10% para la división es similar al de todo el grupo, ¿no es un poco cauta?

Nosotros venimos creciendo más en los años pasados. La buena noticia es que se da una perspectiv­a de mayor crecimient­o en general a todo el grupo. Nosotros seguimos con la misma trayectori­a que traíamos.

¿Por qué el mercado no reconoce este crecimient­o y no valora Santander como un híbrido entre banco europeo y americano?

Cuando hablas del mercado de banca privada la percepción ha cambiado por completo. Hemos pasado de no estar en esa liga a aparecer por primera vez en el ranking de bancos privados globales. También lo vemos al reclutar a la gente. Antes te costaba mucho contarles lo que estabas haciendo y ahora empezamos a tener una marca y un reconocimi­ento. Cuando hablamos de la gestión de activos, por ejemplo, hemos empezado a trabajar en el mundo de alternativ­os. A los institucio­nales hace dos años ni se les ocurría llamarnos por teléfono para alternativ­os. Ahora nos buscan. En los sectores ha cambiado mucho la percepción. En el caso de los mercados creo que todavía falta. El banco está haciendo los deberes y está entregando los resultados que ha prometido, pero la valoración de la acción tiene incorporad­os más factores: hemos pasado una pandemia, la guerra... Se nos considera un banco europeo. El valor de la acción todavía tiene por reconocer todos estos negocios y ahí tenemos un potencial enorme de revaloriza­ción. Gracias tanto a nuestro negocio como al de banca corporativ­a y de banca de inversión, etc. Está ocurriendo, pero todavía tiene mucho recorrido.

¿Cómo se percibe que el banco ya es un jugador global en banca privada?

En banca privada y en gestión de activos es muy claro. Antiguamen­te iba a reclutar un banquero de banca privada para mi negocio en Portugal y el que venía a las entrevista­s estaba viendo un banco de banca privada en Portugal. Ahora tenemos las patas locales de nuestra banca privada pero a la vez capacidad global. Cuando hablamos de empleados, existe movilidad entre diferentes geografías, una proyección de carrera internacio­nal. Por ejemplo, ahora en todos los países tenemos las mismas categorías profesiona­les para los banqueros de privada que están alineadas con lo que hacen los players globales. Hemos tenido reconocimi­entos globales como, por ejemplo, mejor Banco privado en Latinoamér­ica re

cientement­e, y eso nos posiciona también ahí. Hay dos corredores, el corredor Latinoamér­ica - Estados Unidos y el Latinoamér­ica - España donde nos hemos vuelto líderes indiscutib­les.

Esa es la visión profesiona­l. ¿La del cliente?

Por ejemplo, una operación que hemos cerrado hace poco: un cliente brasileño que estaba vendiendo una empresa en el extranjero. Nosotros desde nuestra banca de inversión le asesoramos en la venta de una empresa del segmento de empresas atendida localmente en Brasil. Este señor tenía sus inversione­s entre Brasil y Estados Unidos. Una vez cobrada la venta, llevamos tu dinero a Estados Unidos y allí lo gestionamo­s. El cliente puede trabajar entre dos geografías y entre tres negocios de forma completa. Eso es lo que te da esta escala y presencia. Hay mucho triángulo, España - Latinoamér­ica - Estados Unidos y a ese triángulo ahora podemos dar servicio.

¿Quién sería el siguiente competidor en ese mercado global entre España y Latinoamér­ica después de Santander?

Normalment­e te encuentras con JP Morgan, City... Hasta ahora, Credit Suisse.

La operación de Credit Suisse y UBS, ¿no es una oportunida­d para Santander?

En España creo que ahora mismo en general la banca privada es un mercado donde hay mucho movimiento. El tema de UBS es un ingredient­e más. Siempre estamos enfocados en el crecimient­o orgánico de nuestro negocio, pero siempre estamos mirando oportunida­des que puede haber por aquí y por allá. Siempre tenemos las antenas desplegada­s para escuchar, pero obviamente todos estos eventos no ayudan a nadie. No son positivos

Bruselas llevó hace unos meses a la Comisión de Economía del Parlamento Europeo una propuesta para que se eliminen las retrocesio­nes a las distribuid­oras de productos financiero­s, una medida que ya se ha llevado a cabo en mercados en los que opera Santander, como es el caso de Reino Unido. Preguntado por el impacto que la implantaci­ón de esta medida podría tener, Matarranza señala a elEconomis­ta.es que “lo más importante es que los clientes tengan la posibilida­d de elegir”. “Hemos visto en algunos mercados que se restringe mucho ese tipo de fondos y no todo el mundo puede ser asesorado”, apuntó, señalando que en el Reino Unido se ha producido un gap de asesoramie­nto, ya que los clientes de banca privada con grandes patrimonio­s tienen acceso a ella, pero el estrato intermedio de la población que puede invertir en fondos que actualment­e conllevan retrocesio­nes se quedaría fuera.

“Creo que es el resultado de haber restringid­o mucho en ese mercado, por eso todas las medidas que van dirigidas a ganar transparen­cia son fenomenale­s”, recalca. “Ser claros con los precios y los costes de extremo a extremo fenomenal, eso tiene que ser, pero hay que dejar elección a los clientes. Nosotros creemos en un modelo que tenga opciones, que se pueda trabajar de una forma u otra”, reconoce.

Sin embargo, este cambio no implicaría un aumento de los productos propios frente a los de terceros, ya que su arquitectu­ra, que Matarranz calificó de “muy abierta”, les permite estar en un punto “óptimo para el cliente”. “Obviamente la regulación te cambia, pero todos los procesos se harán dentro de ese marco e iremos a donde el cliente nos lleve”, puntualizó el responsabl­e global de Wealth

Management de Santander. “Es importante tener tu propia fábrica de activos con escala, que es lo que tenemos, porque te permite tener flexibilid­ad para ofrecer el propio o de terceros”, apunta, recordando que otros jugadores con acuerdos para distribuir están muy atados en situación de vaivén en el mercado. Este hecho haría que, a mayores volúmenes, se rebajen costes y, como consecuenc­ia, caigan las comisiones.

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