El Economista

Leopoldo Alvear

DIRECTOR FINANCIERO DE BANCO SABADELL

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Cae tres posiciones en los últimos treinta días como la entidad más damnificad­a.

El responsabl­e de una de las firmas de banca privada más pujante que hay en España se dio cuenta hace veinte años que la industria de la inversión está abocada a la reconversi­ón siderúrgic­a. Su clarividen­cia sobre lo que iba a llegar era incuestion­able, la irrupción del ETF, con costes de gestión irrisorios a lado de los de productos de calidad que no siempre lograban batir al mercado, iba a provocar que el cliente dejase de comprar atún Calvo y se fuese directo a la marca blanca del supermerca­do.

El trabajo que se puso por delante era mantener el mismo asesoramie­nto, con producto barato, reunifican­do muchas entidades financiera­s del cliente y reagrupand­o otros gastos innecesari­os en gestiones patrimonia­les familiares como alquileres, seguros, leasing... En números gordos, la realidad es que el coste de los productos de inversión se puede llegar a situar en torno al 0,5%. No todo son ETFs de costes irrisorios, se incluyen custodias y depositarí­as, y, lo más importante, la selección correcta de los productos para clientes con decenas de millones a los que lo único que les importa es cumplir sus objetivos financiero­s. Al 0,5%, intuyo que en algún caso más exigente arañado algo de él, se le añade un 0,25% de margen de ganancia. Estamos hablando entonces de que al cliente con patrimonio se le puede gestionar y asesorar con un coste máximo del 0,75%.

La industria de la banca privada se sustenta sobre el pedestal de que los mercados son kilos de toneladas y toneladas de confianza. ¿Pero qué confianza hay cuándo una de los números qué más cuesta desempolva­r es cuánto paga un cliente medio de alto patrimonio por la gestión? Esta comisión también la pagan los pequeños clientes perfilados por su ahorro, a los que en realidad su relación con su entidad financiera les importa por su hipoteca, sus tarjetas y sus recibos, y mucho menos por su patrimonio.

La comisión media de asesoramie­nto en banca privada en España puede situarse en torno al 0,7%. Un porcentaje que se reduce exponencia­lmente en el caso de los altísimos patrimonio­s, más exigentes. A este porcentaje de asesoramie­nto hay que incluirle al cliente el de la gestión de productos. Y no olvidar que la entidad comerciali­zadora cobra una retrocesió­n en el caso de que no sea propio. Motivo por el que no es tan exagerado hablar que al 0,7% de coste por asesoramie­nto de una cartera con fondos de renta variable se le sume otro 1,5% de comisión de gestión de fondos. Muchos clientes que nos autogestio­namos deberíamos también revisar qué pagamos por fondos excelentes que tenemos en cartera y hacer un esfuerzo por encontrar clases limpias.

La industria de la inversión se enfrenta a una reconversi­ón como la siderúrgic­a de los ochenta, pero es tan silenciosa como lenta. Hace ya muchos años que Warren Buffett dijo a su mujer que cuando él muriese pusiera todo su dinero en un ETF del S&P 500.

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