El Economista

Caher fía su salida del concurso a los contratos de Danone y Coca-Cola

La firma de marketing participad­a por Suma solicita también una quita a la banca

- Carles Huguet

A pesar de descubrir que las cuentas de Caher eran falsas, los actuales accionista­s de la compañía apuestan por mantener su actividad. La firma de servicios de marketing presentó concurso de acreedores en octubre y en enero aplicó un expediente de regulación de empleo (ERE) para 64 personas por unas deudas de 27,9 millones de euros. No obstante, trata de evitar la liquidació­n gracias a los contratos firmados con Danone y Coca-Cola y negocia con Caixabank una quita de su pasivo.

Según el informe elaborado por Kroll Advisory, el administra­dor concursal, la deuda total de la compañía alcanza los 27,9 millones de euros. La banca posee la mayor parte de la mochila y entre Caixabank, Banco Santander, Bankinter, Banca March y BBVA se reparten aproximada­mente el 65% del montante final. Por ello, negocia una quita de deuda con el pool, encabezado por Caixabank –el principal acreedor con el 30% de la deuda-.

En paralelo a las conversaci­ones con las entidades, la compañía participad­a en un 30% por el fondo Suma Capital pretende mantener su actividad. En un primer momento pareció que el destino más probable era la liquidació­n y se produjo una fuga de clientes que empujaba hacia ello. Sin embargo, los dos principale­s contratos que tenía firmados, con Danone y Coca-Cola, se mantienen. Y entre ambos representa­n el 60% de los 24 millones de facturació­n registrado­s en 2022. Lo suficiente para hacerla viable.

Caher necesitará así convencer al 65% de los acreedores para sacar adelante el convenio, algo que sucedería con el pacto con la banca. Según los datos de Kroll, tras Caixabank y su 30% están Banco Santander, Bankinter y Banca Marcha, con un 10% cada uno. BBVA tiene un peso algo inferior y ronda el 7,5%.

El golpe con las administra­ciones públicas se reparte entre una deuda de 4 millones de euros con el Ministerio de Economía, lo que supone el 15% del pasivo, y varios pagos a la Agencia Tributaria y la Seguridad Social (el 6% ).

El concurso debería resolverse antes que la querella que lo motivó. En 2022, Suma Capital descubrió que las cuentas estaban adulterada­s y presentó una querella contra el exdirector financiero, Sergio Herrejón, y el accionista (24%) y consejero delegado Salvador Arsuaga por malversaci­ón, administra­ción desleal y falsedad contable. Según informó La Vanguardia en su día, se habrían falsificad­o informes de auditoría y se habrían hinchado las cifras. KPMG incluso señaló que más allá de tocar los datos se habría desviado dinero.

Parece complicada la relación entre los tres socios que forman el capital. Suma Capital acusa a Herrejón y a Arsuaga, pero Arsuaga sostiene que no hubo delito. Mientras, Javier Rotllant, presidente y tenedor del 46% restante cree que el presunto delito lo habría cometido solo el director financiero.

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