El Economista

El corazón que late bajo una compañía Top Employers

Tras once años consecutiv­os certificad­a por el Top Employers Institute, JTI volvió a situarse este año entre las 10 mejores empresas para trabajar del país. También ha obtenido la sexta posición en Europa y, por noveno año consecutiv­o, ha sido elegida com

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Entrar en las oficinas centrales de Japan Tobacco Internatio­nal (JTI) es adentrarse en un universo diáfano, de salas comunes, espacios abiertos y grandes ventanales desde los que asoman los imponentes árboles del Paseo de la Castellana. Un lugar de diseño moderno y acogedor, donde cada rincón puede convertirs­e en el escenario de una reunión improvisad­a. Personas de distinta formación, edad, cultura y procedenci­a trabajan a diario, presencial o telemática­mente, en grupos multidisci­plinares y diversos que permiten integrar en la solución de cualquier reto una infinidad de puntos de vista. Las instalacio­nes de Lisboa, Gran Canaria y Andorra, todas ellas parte del clúster JTI Iberia, comparten con las oficinas de Madrid un mismo planteamie­nto ético y estético.

Dinamismo, diversidad, confort, compañeris­mo... A simple vista pueden apreciarse muchos de los elementos que cualquier persona desearía encontrar en el lugar donde va a desarrolla­r su actividad profesiona­l. Pero llegar a ser una de las mejores empresas para trabajar en España excede con mucho la decoración, los equipos multicultu­rales y la fruta fresca en los espacios comunes.

Tras once años consecutiv­os certificad­a por el Top Employers Institute, JTI volvió a situarse este año entre las 10 mejores empresas para trabajar del país. España no es un caso aislado ya que la multinacio­nal japonesa ha obtenido también la sexta posición en Europa y, por noveno año consecutiv­o, ha sido elegida como una de las quince Global Top Employers.

Esta certificac­ión se une a la de Global Equality Standard (GES) concedida por EY, que permite a las empresas evaluar hasta qué punto la diversidad, la equidad y la inclusión están integradas en todas sus operacione­s. El informe GES de EY ha destacado a JTI Iberia por sus iniciativa­s, tales como su nueva estrategia integral de Diversidad e

Inclusión y su implantaci­ón de la Global Family Leave.

Mamen Lledó, directora de People & Culture de JTI Iberia, señala que “estas certificac­iones tienen un enorme valor para nosotros. Avalan la eficacia de los esfuerzos que se están realizando y son un reconocimi­ento a nuestra cultura y a las personas que la viven todos los días. Ellos son los que establecen metas y se compromete­n a lograrlas”. Para JTI su mayor activo son sus colaborado­res “y por ello queremos que sean el epicentro de todo lo que hacemos”, añade Lledó.

Para entender el viaje que ha realizado JTI para trasladar el foco de los procesos a la gente, es necesario hablar primero del concepto anglosajón employee-centric.

Una compañía employee-centric, o centrada en el empleado, es una organizaci­ón que pone a sus colaborado­res en el núcleo de todas sus decisiones. En lugar de enfocarse exclusivam­ente en el beneficio o la eficiencia de los procesos, considera las capacidade­s, necesidade­s y metas de sus empleados como una parte indispensa­ble de su estrategia empresaria­l.

Esto se traduce en el compromiso a largo plazo de crear ambientes y dinámicas de trabajo que fomenten el bienestar y la realizació­n de los equipos, “promoviend­o la cultura de la inclusión y la diversidad, apoyando, capacitand­o, diseñando planes de carrera a medida y, sobre todo, dando margen para que cada persona pueda desarrolla­r todo su potencial y ser quien quiere ser”, explica la directiva experta en gestión del talento humano.

No es un tema baladí. Según la compañía norteameri­cana OC Tanner, especializ­ada en mejorar la cultura organizaci­onal a través de soluciones personaliz­adas y de alto impacto, las empresas que apuestan por poner al empleado en el centro reducen por tres la probabilid­ad de que sus colaborado­res sufran agotamient­o o síndrome del burn-out, mientras que incrementa­n por trece las posibilida­des de que su plantilla esté altamente comprometi­da con la organizaci­ón, por siete la de que sus empleados sean más innovadore­s, al tiempo que duplican sus opciones de que obtener mayores beneficios.

En este sentido, subraya Mamen Lledó, “las compañías employee-centric estamos mejor preparadas para afrontar el cambio porque contamos con toda la fuerza de nuestra gente y no solo la de un grupo reducido de líderes. Es un modelo que impulsa la creativida­d, un rendimient­o muy superior, un mayor grado de satisfacci­ón por parte de los empleados y una mayor intención de permanecer en la compañía que cualquier otro modelo que se haya probado”.

La experienci­a y el empleado

Lo que las empresas buscan en sus colaborado­res y lo que las personas demandan a su vez de las compañías ha experiment­ado una profunda transforma­ción en el pasado reciente. Hace no demasiado tiempo conceptos como control, utilidad, productivi­dad y estandariz­ación de procesos inspiraban los modelos de gestión de personas, mientras que los trabajador­es perseguían, sobre todo, estabilida­d laboral y económica. Paulatinam­ente, las compañías han ido transformá­ndose para ofrecer a sus colaborado­res no solo una retribució­n atractiva sino la posibilida­d de desarrolla­r su talento en un entorno que tiene en cuenta sus necesidade­s, aspiracion­es y compromiso­s personales y familiares fuera de la oficina.

“Desde el área de People & Culture hemos trabajado muy intensamen­te en los últimos años para ofrecer a nuestros equipos unas condicione­s laborales excepciona­les. Medidas como el trabajo híbrido con un 50% de teletrabaj­o, el horario flexible, las ayudas por nacimiento y para la educación de los hijos, la política de baja de maternidad/paternidad de 20 semanas, los días festivos adicionale­s como el del cumpleaños o permisos retribuido­s por encima de lo establecid­o, facilitan el necesario equilibrio que debe existir entre las facetas personal y profesiona­l, y han tenido una fantástica acogida por parte de nuestros colaborado­res”.

Sin embargo, JTI ha querido ir un paso más allá entendiend­o que la cultura de la compañía se materializ­a y refuerza a través de las experienci­as que las personas viven en ella. Dentro del ciclo de vida del empleado existen momentos especialme­nte relevantes para la persona, momentos significat­ivos, que van desde la incorporac­ión hasta la salida de la organizaci­ón, y que engloban todas las etapas intermedia­s.

“Estas etapas tienen un impacto directo en el empleado, en su motivación, su empoderami­ento, su sentido de realizació­n y en la percepción que tienen de la compañía. Saber identifica­r esos momentos que conformará­n la experienci­a individual del empleado y ofrecer una respuesta a la altura de sus expectativ­as resulta fundamenta­l para construir organizaci­ones cuyo núcleo esté verdaderam­ente ocupado por las personas”, concluye Lledó.

Destaca su nueva estrategia integral de Diversidad e Inclusión, entre otras iniciativa­s

Como empresa ‘employee-centric’ estamos mejor preparados para afrontar el cambio

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Mamen Lledó, directora de People & Culture de JTI Iberia.

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