Bruselas desafía a las ‘Big Tech’ con los posibles pagos por el uso de las redes
Finaliza la consulta pública sobre la aportación de las ‘puntocom’ al ecosistema
La pelea entre las telecos europeas y las puntocom estadounidenses promete prolongarse durante los próximos meses en torno a la necesidad de contribuir de forma justa en la financiación de las redes de Internet. En este campo de batalla, Bruselas desempeñará un papel crucial al tener que dirimir sobre la conveniencia o no de que las grandes tecnológicas participen en la inversión y mantenimiento de las redes de telecomunicaciones.
Por lo pronto, los principales agentes del ecosistema online han compartido sus opiniones y argumentos al ejecutivo comunitario con motivo de la consulta pública que acaba este viernes. Por lo tanto, a partir de ahora, llega el turno de los funcionarios europeos para determinar qué tipo de aportación debe existir para asegurar la sostenibilidad de las infraestructuras de telecomunicaciones.
De partida, las posiciones son antagónicas. Por un lado, las telecos
consideran necesaria dicha implicación económica de los OTT (operadores over the top) para poder garantizar el ancho de banda necesario para todos los servicios online,
en concreto aquellas que acaparan el 5% del tráfico online.
Fuentes de Telefónica recuerdan que “solo seis grandes plataformas digitales globales impulsan este crecimiento, generando más de la mitad del tráfico total de Internet. Esto se traduce en unos costes más elevados para los operadores de redes en la UE que no pueden recuperarse, ya que los ingresos permanecen invariables”. La misma multinacional señala que la disociación entre tráfico e ingresos refleja “la dificultad del sector para rentabilizar las nuevas inversiones necesarias para hacer frente a la creciente demanda”. Como resultado de todo lo anterior, “numerosos operadores europeos tienen ahora rendimientos de inversión por debajo de su coste de capital”, lo que provoca que el sector de las telecomunicaciones se “enfrente a retos cada vez mayores para mantener el ritmo de inversión y la sostenibilidad del ecosistema digital de la UE”.
Ante esa tesitura, las telecos europeas abogan por señalar los objetivos de la posible regulación: “Deberían ser remediar el poder de negociación asimétrico entre los grandes originadores de tráfico y los operadores de red”. Por lo tanto, “la propuesta de contribución justa se ajusta plenamente a las obligaciones de neutralidad de la red y no ofrece un trato desigual al tráfico de datos de los grandes proveedores de contenidos”.
Rechazo de los ‘colosos online’
En el lado opuesto de los operadores de telefonía, las puntocom han rechazado cualquier tipo de imposición normativa, una vez que entienden que ya contribuyen de forma justa en la salud del negocio a través de sus contenidos, servicios y aplicaciones. Ante esa tesitura, Bruselas deberá digerir esta patata caliente regulatoria a lo largo de este año, aunque la Comisión no se ha fijado plazos para establecer reglas en ese ámbito de actividad, con las miradas puestas en Google, Apple, Meta, Netflix, Amazon, Microsoft y Netflix, principalmente.
El pasado martes, Meta se pronunció sobre el asunto al señalar a través de su blog corporativo que la creación de una “dádiva” del sector privado para los operadores de telecomunicaciones “conduciría a malos resultados para las empresas y los consumidores europeos, desincentivaría la innovación y la inversión, además de distorsionar la competencia”. Meta explicó que “permitir que los operadores facturen dos veces por la misma infraestructura –que ya cobran a los consumidores por el acceso a Internet al tiempo que imponen tarifas de red discriminatorias a los OTT– perjudicará la neutralidad de la red y la Internet abierta”.
más pequeña y una base de costes significativamente reducida”, indicó Philip Jansen, consejero delegado de la compañía.
El anuncio de recortes en BT se suma al realizado el pasado martes por Vodafone, que comunicó su intención de suprimir 11.000 puestos de trabajo a lo largo de tres años con el objetivo simplificar su organización. En el caso de BT, el antiguo monopolio británico de telecomunicaciones espera completar en los próximos años la parte más intensiva en mano de obra del despliegue de sus redes 5G y fibra en el país, lo que supondrá la necesidad de disponer de menos ingenieros.