El Economista

La sequía vacía nuestros bolsillos

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La falta de lluvias prolonga la lucha contra la inflación y ya se come el 16% de la producción agroalimen­taria en España

La subida de costes generada a raíz de la guerra en Ucrania situó al campo español en una difícil posición. Una situación que se ha tornado en crítica tras la pertinaz sequía que asola nuestro país. De hecho, en el sector estiman que la falta de lluvias ya ha generado pérdidas al campo de 9.438 millones. Un daño que aumentará hasta los 10.000 millones si la sequía continúa en los próximos meses y que se reduciría en gran medida si se hubieran acometido las inversione­s por 24.000 millones que desde hace décadas necesita el campo español ante el riesgo de desertizac­ión. Salta a la vista que ante la magnitud del golpe, las ayudas aprobadas por el Gobierno el 11 de mayo de 784 millones son “absolutame­nte insuficien­tes”. Así lo denuncia el presidente de la organizaci­ón agraria Asaja, Pedro Barato, con toda la lógica del mundo, ya que las subvencion­es directas apenas llegan a cubrir el 8% de las pérdidas del sector, lo que impedirá a los agricultor­es y ganaderos rebajar los precios en origen. Más aún tras el impacto de la sequía en la producción agroalimen­taria, que ya cae más del 16% por la falta de lluvias. Tras la energía, los alimentos son el factor que impide que termine la pesadilla de la inflación, tanto en España como en Europa. Tanto es así que el precio mundial de este producto alcanzó su máximo histórico en 2022 por la sequía. Por fortuna, los últimos datos del IPC reflejan que los alimentos han empezado a ceder. Pero eso no quiere decir que el descenso sea suficiente. Muy al contrario, el incremento superior al 15% que aún presentan en Europa, en buena parte provocado por la sequía, seguirá presionand­o al alza la inflación en los próximos meses, lo que pasará factura a los presupuest­os familiares.

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