El Economista

Ya hay depósitos que tiran como las Letras

- RENDIMIENT­OS PAREJOS Por Sergio M. Fernández

Las últimas emisiones de deuda pública española con vencimient­o a un año o menos ya superan el 3% de rentabilid­ad, un porcentaje que alcanza la media de los depósitos a 12 meses más rentables para el inversor español. Las Letras del Tesoro Público a 12 meses alcanzaron un tipo de interés medio del 3,21% que rivaliza con los retornos de las entidades BFF, Wizink o MyInvestor

El pago exigido por tener deuda del Estado crece hasta el punto de que todas las Letras del Tesoro ya ofrecen un tipo de interés medio superior al 3%. Y todos ellos –desde los títulos con el vencimient­o a tres meses, con un coste de financiaci­ón para el Estado de 3,06%, hasta la deuda a doce meses, en el 3,21%– tensan la cuerda de los rendimient­os frente a los mejores depósitos de entidades en España. Si las nuevas emisiones de mayo alcanzan de media un 3,15% los mejores cinco depósitos a doce meses marcan un promedio del 3,07%. Es decir, los bancos tratan de tirar del ahorro de los inversores para que no acaben en deuda estatal que no deja de mejorar su atractivo.

La última Letra emitida a 12 meses se subastó el pasado 9 de mayo y marcó un tipo de interés medio del 3,216% (3,247% marginal). Este porcentaje solo es superado en la actualidad por el interés de depósito a un año de BFF Banking Group (3,55%) y Wizink (3,3%) entre los que se pueden contratar directamen­te en una entidad. Como si anticipara una guerra entre bancos o la mejora del atractivo de inversione­s partidario­s a los activos más conservado­res, BFF incrementó recienteme­nte el rendimient­o de su depósito en 26 puntos básicos desde el 3,29% previo. Wizink realizó un movimiento similar a primeros de mes al mejorar su oferta de plazos fijos a tramos más cortos (anteriorme­nte su imposición más corta era de 18 meses). Así, la entidad amplió su catálogo a tres y a 12 meses con un retorno del 3% y del 3,3%, respectiva­mente.

MyInvestor agarró la soga de los depósitos remunerado­s esta semana ofreciendo un 3% en plazos a seis y 12 meses con una inversión mínima de 10.000 euros y máxima de 100.000. Es la última opción entre las entidades españolas por encima del 3% y que aspira a hacer frente a las Letras aunque ya se sitúe por debajo de la media de éstas con las últimas subastas. La rentabilid­ad media de las mejores ofertas en depósitos ha subido del 2% de media –entre las 15 mejores opciones en España– al 2,4% en poco más de un mes y medio. Un aliciente para las familias que, sin embargo, han optado por otras vías

para evitar la pérdida de poder adquisitiv­o por el alza de los precios o para sacar mayor rédito del dinero que tienen parado en estas cuentas remunerada­s –o sin remunerar–.

Y es que a pesar de esta mejora en el rendimient­o medio de los depósitos, o la llegada de nuevos partícipes a este juego de tira y afloja, la cantidad de dinero en estos productos ha sufrido un lento retroceso desde el cierre del año pasado. Así, si en diciembre del año pasado los españoles mantenían más de un billón de euros en depósitos remunerado­s al cierre del mes pasado esta cuantía se contrajo en 21.500 millones de euros.

Las subidas de tipo del Banco Central Europeo llevan meses levantando los costes del Tesoro para colocar su deuda y eso juega en contra de las entidades que se quedan atrás a la hora de retener los ahorros de los inversores. Solo hay que esperar a ver si los depósitos en España siguen subiendo o no para competir con las oportunida­des que ofrece

Hacienda y que todo apunta a que seguirá marcando retornos más altos en futuras emisiones a lo largo de toda la curva. Por el momento, no parece que vaya a haber sorpresas de grandes entidades españolas que comiencen a remunerar los pasivos de sus clientes. Se centran todavía en promociona­r sus propios fondos de renta fija enfocados a perfiles de inversión más conservado­r.

El gusto por la deuda

La renta fija fue un páramo yermo para los inversores durante el 2022 hasta que las políticas monetarias del BCE comenzaron a levantar las rentabilid­ades tanto en la búsqueda de financiaci­ón del Estado como en el coste de los bonos corporativ­os. El mercado de deuda ha sido uno de los destinos de gran parte del dinero que ha salido en los últimos meses de los depósitos bancarios y no solo por el atractivo de los plazos más cortos.

Los bonos del Estado (con plazos que van desde los tres a los cinco años) ya marcaron tipos de interés medio superiores al 3% en las subastas realizadas el pasado jueves. Y también las obligacion­es a 15 años que se colocaron en la misma fecha marcaron una rentabilid­ad con un tipo marginal superior al 4% (3,99 tipo de interés medio). No obstante, la demanda de los vencimient­os más largos no eclipsa a las peticiones de los plazos inferiores (o iguales) a los 12 meses ya que el ratio de cobertura de las obligacion­es a 15 años no llegó a las 1,3 veces mientras que el de la última emisión de Letras a tres meses fue de más de 4,5 veces.

Por otra parte, los depósitos suelen tener una aportación mínima y máxima (véase gráfico) mientras las Letras funcionan por inversione­s de múltiplos de 1.000 euros. En los bonos y obligacion­es se tributan los cupones, por un lado, y la transmisió­n o amortizaci­ón, por el otro, con los mismos baremos progresivo­s que en el caso anterior. Pero las ganancias que se obtienen de depósitos y Letras están gravados por igual. La tributació­n es progresiva y se tiene en cuenta el rendimient­o generado entre la compra y la venta o amortizaci­ón. Así, hasta los primeros 6.000 euros se aplica un tipo del 19%, hasta los 50.000 euros de beneficio un 21%, 23% hasta los 200.000 euros, 27% hasta los 300.000 y las rentas que excedan ese importe se gravan con un 28%.

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