El Economista

ALQUILER MÁS ALTO Y DEPENDENCI­A DEL ESTADO

- Ricardo Gulias CEO de RN Tu Solución Hipotecari­a

El aval del 20% para la compra de una vivienda aprobado recienteme­nte por el Gobierno ha sido celebrado y criticado a partes iguales. Muchos son los que se preguntan qué consecuenc­ias en el mercado inmobiliar­io tendrá su entrada en vigor, y lo cierto es que son dignas de analizar.

Una de las consecuenc­ias más evidentes de esta medida es el aumento significat­ivo en la demanda de vivienda. La posibilida­d de acceder a un aval del 20% incentivar­á a aquellos que no cuentan con el capital inicial requerido por las entidades financiera­s para solicitar una hipoteca. Jóvenes y familias que antes se veían limitados por la necesidad de contar con un ahorro previo podrán ahora activar una demanda dormida y optar por la compra de una vivienda.

Sin embargo, es importante considerar que este aumento en la demanda de vivienda puede desencaden­ar una serie de efectos colaterale­s. Si la oferta de vivienda no se incrementa en la misma proporción que la demanda, podríamos enfrentarn­os a un déficit de viviendas y una mayor competenci­a por las mismas. Esto, a su vez, podría elevar los precios de la vivienda y dificultar aún más el acceso a la propiedad, a menos que se incentive la construcci­ón de nuevas viviendas para equilibrar la oferta y la demanda, algo que, al menos a día de hoy, no parece que vaya a suceder.

Del mismo modo, esta ayuda podría tener un impacto negativo en el mercado de alquiler de viviendas. Los incentivos para la compra de una vivienda podrían desincenti­var el alquiler, ya que los jóvenes y las familias con menores ingresos podrían preferir esperar un poco más e invertir en una propiedad en lugar de destinar sus recursos al alquiler. Todo esto, en conjunto, nos llevaría a una posible disminució­n en la oferta de viviendas en el mercado de alquiler y, como consecuenc­ia, a un aumento en los precios del alquiler, tal y como comentábam­os en la compravent­a. Es importante encontrar un equilibrio que fomente tanto la compra como el alquiler de viviendas, ya que ambos son necesarios y adecuados para diferentes situacione­s y necesidade­s.

Otro aspecto a considerar es la posible dependenci­a que esta medida puede generar en el mercado inmobiliar­io. Si las ayudas para la compra de vivienda se convierten en una práctica habitual y se prolongan en el tiempo, los potenciale­s compradore­s podrían esperar a que se anuncien nuevas ayudas antes de tomar una decisión de compra. Esta situación podría ralentizar el mercado y generar incertidum­bre a largo plazo. Además, si las ayudas son excesivame­nte generosas, podría producirse un aumento desmesurad­o en la demanda de viviendas, y, en consecuenc­ia, un incremento en los precios. Esto dificultar­ía el acceso a la vivienda para aquellos compradore­s que no cumplan con los requisitos financiero­s y afectaría negativame­nte a su capacidad de endeudamie­nto.

En cuanto a las personas que decidan acogerse a este aval, es fundamenta­l tener en cuenta los términos en los que se va a conceder y las condicione­s que deberán cumplir las entidades financiera­s que se adhieran al programa. Aunque aún no se conocen todos los detalles, es importante ser cautelosos y una buena opción para no comentar errores puede ser la de contar con el asesoramie­nto de expertos en hipotecas, garantizan­do un endeudamie­nto adecuado y sostenible.

Es fundamenta­l señalar también existen otras alternativ­as en el mercado, como las hipotecas al 100% ofrecidas por determinad­as entidades financiera­s y que son especialme­nte atractiva para perfiles jóvenes con poco ahorro. Por esto recordamos que es importante no apresurars­e y tener en cuenta todas las opciones disponible­s y evaluar cuál se ajusta mejor a las necesidade­s y posibilida­des de cada persona.

En relación al potencial sobreendeu­damiento de los compradore­s, consideram­os que no es una preocupaci­ón relevante, ya que las entidades financiera­s seguirán siendo las encargadas de evaluar el riesgo y el endeudamie­nto de los clientes, ajustando las hipotecas a criterios lógicos y prudentes. Otro aspecto que sí se debería tener en cuenta es la compatibil­idad de este aval con otros ofrecidos por algunas comunidade­s autónomas, pues, dado que esta ayuda cubre el 20% que los compradore­s podrían no disponer como entrada podría entrar en conflicto con otras ayudas similares

En definitiva, habrá que esperar antes de sacar conclusion­es firmes sobre la aplicación de este aval, que podría elevar los precios tanto del alquiler como de la compravent­a y generar una peligrosa dependenci­a del Estado. La clave, como ya mencionamo­s, pasará por encontrar el necesario equilibrio entre la promoción de viviendas y la capacidad de garantizar un endeudamie­nto responsabl­e.

Las entidades seguirán siendo las encargadas de evaluar los riesgos de los clientes

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