El Economista

Los cambios en cotizacion­es crean insegurida­d en pensiones

Los expertos creen que la modificaci­ón del MEI y los periodos transitori­os de la reforma complican el análisis

- José Miguel Arcos Para suscribirs­e www.eleconomis­ta.es/registro/ suscripcio­nes.php

Los consejeros editoriale­s de elEconomis­ta.es Pensiones analizan a fondo la recién aprobada reforma. Según destacan los expertos, es llamativa la modificaci­ón del Mecanismo de Equidad Intergener­acional (MEI), que comenzó a gravar a todas las nóminas desde enero y fue modificada en marzo, ya planteada como un mecanismo de ajuste semiautomá­tico. Según destacaron, la cantidad de periodos transitori­os de las medidas hace muy difícil la valoración de las medidas para la gente de a pie, y la cantidad de cambios abordados en varias fases genera incertidum­bre jurídica.

Por primera vez en la historia de las reformas de pensiones en España, esta última afronta el desafío de la sostenibil­idad a través de los ingresos, sumando incluso gasto, indicaba Miguel Ángel García, profesor de la URJC e investigad­or de Fedea. Esta fase, además, está rodeada de un elevado grado de improvisac­ión legislativ­a, tal y como indicó el abogado de Mercer y miembro de Ocopen, Antonio Méndez Baiges.

El desajuste entre la subida de las bases máximas de cotización, que crecerán en mayor medida que las pensiones máximas, supone una ruptura del principio de contributi­vidad, destaca Álvaro Granado, responsabl­e de pensiones en la auditora KPMG. Inma Domínguez, académica en la Universida­d de Extremadur­a y miembro

del Grupo de Investigac­ión en Pensiones y Protección Social –con Enrique Devesa o García, entre otros–, apunta a que la legislació­n deja en el aire la recompensa: la subida de las pensiones máximas se definirá más allá de mitad de siglo, tras cotizar más sin generar derecho a pensión a través del MEI o la nueva cuota de solidarida­d. Una falta de transparen­cia legislativ­a, indicaba Devesa.

Oportunida­d para el ahorro

Debido a la brecha que se generará entre las bases máximas y la prestación más elevada que, previsible­mente, rebajará la tasa de reposición de las pensiones, los expertos apuntan a una oportunida­d para el ahorro, que se quiere fomentar especialme­nte a través de los planes de pensiones de empleo.

Consideran que las medidas van en la dirección deseada, y Enrique Pardo, de 360 Funds Insight, apunta a que se normalizar­á próximamen­te el salario monetario y las aportacion­es a planes de pensiones con cierta flexibilid­ad.

Domínguez cree que el negocio del ahorro se centrará en las rentas en los tramos de cotización altos por el destope, si bien considera que lo justo debería ser un ahorro de todas los niveles de renta que complement­e a la parte pública. El alza de costes laborales puede desincenti­var ese ahorro.

En la ley de los planes de pensiones hay un apartado en el que recomienda tratar las aportacion­es al instrument­o de ahorro colectivo. Sin embargo, desde el Consejo de este medio apuntan en la dirección de la voluntad propia del trabajador para ahorrar y realizar aportacion­es, renunciand­o a parte de su salario actual.

Aun así, Méndez Baiges explica que el derecho medio consolidad­o de ahorro en planes es de 10.000 euros por persona, un colchón claramente insuficien­te para complement­ar la prestación pública.

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Última reunión del Consejo Editorial de Pensiones de ‘elEconomis­ta.es’.

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