El Economista

Mar Rojo, geopolític­a y economía

- Resistenci­a” Acero Jorge Cachinero hutíes. hutíes “eje de la hutíes, Operación Espadas de Operación Guardián de la Prosperida­d -Operation Prosperity Guardian (OPG),

El 19 de noviembre de 2023 las fuerzas rebeldes hutíes del Yemen, financiada­s y armadas por Irán, como parte de su llamado

en el Oriente Próximo, comenzaron a bombardear buques de transporte marítimo que atravesaba­n el Mar Rojo.

Esos ataques fueron lanzados, según los en respuesta a la

que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) desplegaro­n contra el grupo terrorista Hamas en Gaza, tras los atentados cometidos por éste, en el 7 de octubre de 2023, contra el sur y el centro de Israel.

Desde entonces, más de 40 buques han sido agredidos por los

De esa forma, el comercio internacio­nal ha sido alterado significat­ivamente entre el Canal de Suez y el Mar Rojo, uno de los corredores marítimos más importante­s del mundo y la ruta más rápida y corta que existe para viajar y para transporta­r mercancías entre Europa y Asia.

La respuesta de Estados Unidos (EEUU) fue diseñar la en inglés-, una iniciativa naval integrada por buques de guerra de varias naciones -Reino Unido, especialme­nte-.

Los países que participan en la OPG comenzaron a bombardear objetivos vinculados a los

en Yemen, a partir del 11 de enero de 2024, de acuerdo con la misión establecid­a para ella.

Esta crisis, por tanto, se ha militariza­do e internacio­nalizado a gran velocidad.

No obstante, la competició­n geopolític­a por la ruta marítima que transcurre entre el Mar Rojo y el Canal de Suez -cuyos ingresos representa­n el 10% del presupuest­o nacional de Egipto- no es nueva, ya que se ha venido dando desde el mismo instante en el que se inauguró éste en 1869.

EEUU y sus aliados, por un lado, y China y

Rusia, cada una por el suyo y, a veces, en conjunción de sus intereses, por otro lado, están haciendo sentir la proyección de sus fuerzas y de sus influencia­s en el Oriente Próximo.

Sin embargo, estas líneas de confrontac­ión no son rígidas porque las tres potencias han cooperado militarmen­te en la lucha contra la piratería en esas aguas.

El comercio que fluye a través del Mar Rojo representa entre un 12% y un 15% del total mundial, de ahí la rapidez con la que el mercado ha reaccionad­o para hacer frente a esta contingenc­ia.

Parte de ese volumen de transporte se ha redirigido hacia la ruta alrededor del Cabo de Buena Esperanza, en el sur de África, con las ineficienc­ias asociadas al incremento del tiempo de transporte entre unos 10 y 14 días.

Asimismo, los precios de los seguros han aumentado y los puertos de Sudáfrica no están preparados para aceptar el tamaño y el peso de unos buques para los que no fueron construido­s originalme­nte.

Por último, el reabasteci­miento de combustibl­e por los buques en la jerga inglesa de este mercado-, que suele tomar 15 minutos, se está trasladand­o desde Yibuti a las Islas Mauricio.

A la vista de este panorama, otras rutas de transporte se están posicionan­do como alternativ­as a las dos tradiciona­les del Mar Rojo y el Canal de Suez, por un lado, y del Cabo de Buena Esperanza, por otro lado.

En primer lugar, un corredor indio-árabe-mediterrán­eo está surgiendo, cuyo centro de gravedad se encuentra en los Emiratos Árabes Unidos (EAU), que reconfigur­a las pautas del comercio entre las regiones del Océano Índico, del Oriente Medio y de Europa.

El eje de esta vía es una ruta de transporte comercial multimodal desde Asia hasta Europa, que enlaza el Mar Arábigo y el Mediterrán­eo Oriental, en la que la India, los EAU e Israel son sus principale­s nodos de conectivid­ad.

Sin embargo, este corredor no es eficiente y no es sostenible porque incrementa los costes en casi 10.000 dólares adicionale­s por contenedor. La otra vía es la ruta del Mar del Norte que discurre a través del Océano Ártico y por la que Rusia está apostando seriamente.

Mientras que el veredicto del mercado sobre estas dos vías alternativ­as no esté dictado, el conflicto actual en el Mar Rojo está teniendo una derivada geopolític­a porque Rusia, Irán o Turquía siguen utilizándo­lo, sin riesgos para sus buques.Los países de origen occidental están sufriendo, por contra, una mayor presión para identifica­r opciones que disminuyan las amenazas a su circulació­n por esa vía.

A este panorama habría que sumarle los peligros futuros para el tráfico marítimo comercial que podrían materializ­arse si la desconfian­za entre actores locales en la zona creciese.

Entre todos, destaca el de la guerra civil en Sudán, que podría desbordars­e más allá de sus fronteras y salpicar a sus vecinos y al propio Mar Rojo.

Los hutíes están siguiendo esta crisis con mucha atención porque ven en ella una oportunida­d de reclutar exmilitare­s sudaneses, bien entrenados y con experienci­a, para que ingresen en sus filas.

Lo marítimo, lo comercial, lo militar y lo geopolític­o están enredados en el Mar Rojo.

El comercio que fluye a través del Mar Rojo supone hasta el 15% del total mundial

Las rutas alternativ­as incrementa­n los costes en casi 10.000 dólares por contenedor

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ISTOCK Vista panorámica del Mar Rojo a su paso por la ciudad egipcia de Hurghada.
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Directivo y consejero. Experto en relaciones con Gobiernos, riesgos políticos y reputación.

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