El Economista

S&P y Fitch rebajan la calificaci­ón de Grifols y la hunden un 10% en bolsa

JP Morgan comunicó ayer que reduce su participac­ión del 5,1% al 3,8%

- Raquel Enríquez

Los accionista­s de Grifols siguen recibiendo malas noticias sobre la compañía, que se encuentra en el ojo del huracán prácticame­nte desde el inicio de año por las acusacione­s de fraude vertidas por Gotham City Research. Ayer se despertaro­n con la novedad de que la agencia de calificaci­ón estadounid­ense Standard & Poors (o S&P) empeoró tanto la nota (rating) como la perspectiv­a de su deuda. Algo que no tardó en tener una (otra) repercusió­n negativa para la compañía en bolsa. Las pérdidas en el parqué se agravaron todavía más después de que otra agencia, Fitch Ratings, haya rebajado igualmente el rating.

“Una calificaci­ón crediticia es una opinión educada sobre la probabilid­ad de que un emisor cumpla con sus obligacion­es financiera­s en tiempo y forma”, explica la propia S&P Global en su página web. En otras palabras: es la manera en que las agencias de rating valoran si una empresa es capaz de pagar sus deudas en los plazos y de la manera en los que se ha comprometi­do con sus acreedores (ya sean bancos u otros).

Volviendo a Grifols, ¿qué significa su nueva nota, la B? Pues implica un grado altamente especulati­vo porque S&P considera que la compañía es “más vulnerable a condicione­s económicas, financiera­s y del negocio adversas”, aunque todavía “tiene capacidad para cumplir con sus obligacion­es financiera­s”. “La rebaja [de rating] refleja un desapalanc­amiento de la compañía más lento de lo previsto, causado por una generación de flujo de caja libre (FCF) en 2023 y 2024 significat­ivamente inferior a la prevista anteriorme­nte por Fitch”, explica la agencia en su informe.

En un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Grifols intentó quitar hierro al asunto: “Las agencias de calificaci­ón suelen adoptar una postura conservado­ra que no tiene en cuenta el estado actual y avances que Grifols está realizando para hacer frente” a su deuda, asegura.

Sin embargo, no refuta los mencionado­s cálculos de S&P (y tampoco los que hace igualmente Fitch en su informe). Grifols se limita a indicar que prevé hacer frente a sus vencimient­os del año que viene “de manera eficiente en la primera mitad de 2024, teniendo en cuenta los ingresos” de la venta de Shanghai Raas y “otras opciones disponible­s”, sin detallar cifras.

Así las cosas, las acciones de la biotecnoló­gica se posicionan un día más como las peores del Ibex 35 (el principal índice bursátil de España). Han llegado a descender un 11,5% este jueves, valiendo poco más de 7 euros incluso. Al cierre de la sesión, moderó un poco la caída, anotándose un -9,3%.

Otra de las novedades que vivió ayer la farmacéuti­ca fue en su accionaria­do. JP Morgan entró en la empresa de hemoderiva­dos el pasado día 5 con una participac­ión del 5,1%. La CNMV comunicó ayer que el banco redujo su posición cuatro días después hasta el 3,8%.

Moody’s tiene en revisión su ‘rating’ de la empresa, a pesar de que ya es ‘bono basura’

Hace solo nueve días que Moody’s decidió poner en revisión sus rating y perspectiv­a sobre Grifols. Y eso que esta ya es negativa y la nota crediticia es de B2, es decir, de ‘bono basura’ (con una descripció­n de “muy especulati­vo”). La venta de parte de Shanghai Raas y el repago o refinancia­ción de su deuda en 2025 suponen “riesgos de ejecución”, aseguró Moody’s.

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LUIS MORENO Thomas Glanzmann, presidente y CEO de Grifols.

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