El Economista

Castigo fiscal a la creación de empleo

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La cuña fiscal de los salarios es cinco puntos superior a la media de la OCDE, debido a las cuotas que pagan las empresas

Los trabajador­es españoles pagaron en IRPF y en cotizacion­es sociales el 40,2% del salario en 2023, siete décimas más que en 2022. Un incremento que eleva la cuña fiscal –el porcentaje del sueldo que se va en impuestos y cotizacion­es– de España hasta superar en 5 puntos a la media de los países de la OCDE, que se sitúa en el 34,8%. Así lo desvela el último informe de este organismo que también destaca que los impuestos al trabajo en España son más altos que en países como Dinamarca o Noruega, que presentan una presión fiscal general de las más altas del mundo. Ello pese a que el Gobierno siempre trata de vender lo contrario para negarse, por ejemplo, a deflactar el IRPF. No obstante, esta desmedida carga impositiva la sufren especialme­nte las empresas. De hecho, los empleados españoles pagan un 1,3% menos que sus vecinos de los países desarrolla­dos en el IRPF. En cambio, en el caso de las cotizacion­es sociales a cargo de las sociedades la brecha negativa para nuestros negocios es de casi diez puntos (23,3% frente a la media de la OCDE del 13,4%). Es decir, las empresas son las que sufren la cuña fiscal, lo que tiene consecuenc­ias nefastas para su competitiv­idad, sus inversione­s y su capacidad de contratar. De hecho, se estima que un aumento del 1% de los costes laborales se traduce en una reducción del 0,37% en el empleo. Pese a ello, el Gobierno ha seguido incrementa­do este desmedido castigo fiscal al trabajo, con una reforma de pensiones que ha elevado aún más las cotizacion­es sociales. Un mayor esfuerzo que ahondará en la pérdida de productivi­dad que las compañías vienen sufriendo desde la crisis financiera de 2007-2013. Pero que, además, será nefasto para el consumo, la creación de empleo y, por extensión, para la economía nacional en su conjunto.

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