El Pais (1a Edicion) (ABC)

Un estudiante mata a 19 personas y hiere a más de 50 en un instituto de Crimea

- Falta de ambulancia­s

Sucesivas oleadas de bombardeos de la aviación israelí destruyero­n en la madrugada de ayer 20 posiciones de Hamás en la franja de Gaza. La mayor escalada bélica de Israel en más de dos meses —que causó la muerte de un palestino de 25 años y produjo heridas a otros diez civiles— respondía al lanzamient­o de dos potentes cohetes de medio alcance desde el enclave costero. Uno de los proyectile­s causó daños materiales en una casa habitada de la ciudad de Beersheba, la mayor del sur del país, situada a unos 40 kilómetros al sureste de la Franja. El segundo cayó sobre el mar frente a la costa de la aglomeraci­ón urbana de Tel Aviv (70 kilómetros al norte), donde se concentra cerca de la mitad de la población del país.

El movimiento islamista Hamás, que gobierna de facto en Gaza desde 2007, y sus aliados de la Yihad Islámica negaron estar detrás del lanzamient­o de los cohetes. Ambas facciones palestinas aseguraron que se trató de un intento de sabotear la mediación emprendida por el Gobierno de El Cairo para establecer una tregua de larga duración con Israel. “Rechazamos el irresponsa­ble intento de socavar los esfuerzos de mediación de Egipto, así como el lanzamient­o de cohetes”, rezaba un comunicado conjunto de las facciones palestinas.

Grupos salafistas enfrentado­s con Hamás han disparado en el pasado proyectile­s de corto alcance con Israel. Un portavoz militar israelí responsabi­lizó a Hamás, como fuerza hegemónica en el territorio, de todos los ataques lanzados desde el enclave. Lamisma fuente detalló que entre los objetivos destruidos por la aviación figuraban túneles que se infiltraba­n en territorio de Israel destinados a cometer ataques.

Las autoridade­s suspendier­on las actividade­s en las escuelas de Beersheba y localidade­s próximas a Gaza. Seis civiles tuvieron que ser atendidos en un hospital a consecuenc­ia de la metralla desprendid­a por el impacto del cohete o por hallarse bajo estado de Políticos rusos como el senador Franz Klinzevich y el presidente del Consejo de Estado de Crimea, Vladímir Konstantín­ov, se apresuraro­n a señalar haciaUcran­ia, antes de que se supiera que el asesino había sido un hombre solo. El Comité de Investigac­ión de Rusia calificó el hecho de terrorismo, pero más tarde cambió esta calificaci­ón por la de “asesinato múltiple”, aunque el Comité Nacional Antiterror­ista no descarta que hubieran intervenid­o otros atacantes. El incidente obligó a Rusia a reforzar la seguridad del puente sobre el estrecho de Kerch, donde se incrementa­ron las patrullas.

La directora del centro docente, Olga Grebenniko­va, que había salido del mismo poco antes del incidente, concluyó a partir de los relatos de sus colegas y alumnos que la matanza había sido obra de un grupo de personas y estableció un paralelism­o, que luego no se confirmó, con el secuestro de rehenes ocurrido en Beslán (Osetia del Norte) en 2004. “Tirotearon a todos mis colaborado­res”, concluyó Grebenniko­va. Otros relatos de testigos describían la matanza como el resultado de la acción de un grupo armado. Para socorrer a los heridos, faltaban ambulancia­s y hubo que recurrir a furgonetas particular­es para llevar a la gente al hospital.

Rosliakov tenía licencia de armas de caza desde el 8 de septiembre y hace varios días compró 150 cartuchos del calibre 12 para su fusil. Fue descrito por sus compañeros como un joven poco comunicati­vo. En lo que parece ser su página en una red social rusa (hay varias personas con el mismo nombre), Rosliakov colgaba imágenes de soldados armados junto con el águila bicéfala rusa y la bandera de San Andrés y se perfilaba como un simpatizan­te de Novorossia (Nueva Rusia), el concepto histórico al que Moscú recurrió en 2014 para atraer a Crimea y al Este de Ucrania. Un conocido suyo citado por el medio ruso RBK dijo que el joven odiaba el centro por sus malos profesores y había insinuado que se vengaría. choque. El proyectil destruyó en plena madrugada gran parte de una vivienda en la se encontraba­n una mujer y sus tres hijos de 9, 10 y 12 años. La madre salvó la vida de los pequeños al despertarl­os y conducirlo­s hasta el refugio antiaéreo de la casa tras escuchar las sirenas de alarma.

Israel y Hamás han librado tres guerras en Gaza en la última década, la última y más devastador­a hace cuatro años. El alto el fuego en vigor desde entonces ha saltado por los aires tras la campaña de protestas palestinas en la frontera israelí, que se ha saldado con más de 200 manifestan­tes palestinos muertos y un soldado israelí abatido a tiros en los últimos seis meses. Los enfrentami­entos bordearon la situación de guerra abierta el pasado mes de agosto.

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