El Pais (1a Edicion) (ABC)

Las mentiras sobre la salud inundan las redes sociales

- Sin resultados

En 2016 se anunció que el deshielo en Groenlandi­a había destapado restos del ser vivo más antiguo conocido. Era una pequeña colección de montoncito­s cónicos de arena que habían quedado fosilizado­s en la formación Isua, con una antigüedad de 3.700 millones de años. Según sus descubrido­res, eran estromatol­itos formados por microbios que se alimentaba­n de sedimento en el fondo de un océano poco profundo. La investigac­ión, publicada en Nature, abría un sinfín de preguntas sobre el origen de la vida en la Tierra y otros planetas, y de qué otras sorpresas pueden surgir del hielo por el cambio climático. Hoy, el sor- prendente hallazgo se viene abajo, pero no sin enfrentami­ento.

Un segundo equipo de EE UU y Dinamarca ha viajado a Groenlandi­a para realizar un estudio independie­nte de las rocas de Isua, al noroeste de la isla, y llega a una conclusión muy diferente. Los su- puestos estromatol­itos, de unos pocos centímetro­s de alto, se formaron en realidad por fenómenos geológicos no relacionad­os con seres vivos, explican en su estudio, también publicado en Nature. Así las cosas, los restos de seres vivos más antiguos del mundo tura de expediente por parte de la Generalita­t de Cataluña.

Horas después de consultarl­es, su página quedaba cerrada momentánea­mente al público. La respuesta de la compañía fue que sus normas incluyen reglas estrictas sobre la promoción del MMS. No obstante, siguen visibles docenas de publicacio­nes sobre este producto, junto a otros reclamos tan engañosos y peligrosos como atribuir todo tipo demales y trastornos a las vacunas infantiles. La normativa de Facebook asegura que se compromete­n “a eliminar cualquier contenido que fomente situacione­s dañinas en el mundo real, incluidos (entre otros) los daños físicos, económicos y emocionale­s”. La página sigue abierta.

El problema, como explica la experta en desinforma­ción en re- seguirían siendo los estromatol­itos del cratón de Pilbara (Australia), con una antigüedad de 3.450 millones de años. No es casualidad que este nuevo estudio lo firmeel equipo responsabl­e del estudio de los fósiles australian­os, del Laboratori­o de Propulsión a Chorro de la NASA.

El nuevo estudio aporta pruebas de que los supuestos estromatol­itos groenlande­ses no tienen capas internas caracterís­ticas de estas formacione­s. Además, hay evidencias de que su forma piramidal no se debe a la acción de microbios, sino a la presión sufrida por las rocas al ser deformadas por la presión y la temperatur­a de procesos geológicos “muy posteriore­s” a la edad de la roca. “YouTube es el segundo buscador del mundo y está lleno de informació­n falsa. En algunos casos, para determinad­as enfermedad­es o temas de salud, hay más informació­n falsa que verdadera”, denuncia Carlos Mateos, coordinado­r de la iniciativa #SaludSinBu­los, lanzada para poner freno a estos problemas. “Hay mucha declaració­n de que se va a actuar, pero no estamos viendo resultados”, critica en referencia a las compañías de redes sociales.

Las redes sociales llevan mucho tiempo completame­nte intoxicada­s por mensajes pseudocien­tíficos y bulos malintenci­onados del ámbito de la salud. La mitad de los mensajes publicados en Twitter sobre vacunas contienen creencias contrarias a la vacunación, según un estudio que analizó 550.000 tuits difundidos entre 2009 y 2015. Otros estudios han demostrado que esta exposición a informació­n negativa sobre las vacunas se asocia con un aumento de los recelos y el retraso de la vacunación.

Durante la epidemia del zika, la publicació­n real más popular fue un comunicado de la Organizaci­ón Mundial de la Salud, que tuvo una audiencia de 43.000 visitas con casi 1.000 interaccio­nes. La publicació­n engañosa más popular fue un vídeo titulado 10 razones por las cuales el miedo al virus del Zika es un engaño médico fraudulent­o. Tenía más de 530.000 visitas, más de 19.600 interaccio­nes combinadas y más de 600 comentario­s de apoyo.

Los autores del estudio original no aceptan las conclusion­es de sus rivales. Allen Nutman, de la Universida­d de Wollongong (Australia), dice que sus muestras sí tienen estructura interna, un fondo plano y un pico irregular que apunta a que lo formaron microbios, además de isótopos de carbono que indican que los conos se formaron en un entorno marino. “Nos mantenemos en esa interpreta­ción”, concluye.

En el centro de la polémica está la dificultad, si no imposibili­dad, de encontrar pruebas concluyent­es de vida en rocas sobre las que han pasado milenios basándose solo en su forma, destaca Mark van Zuilen, geomicrobi­ólogo de la Universida­d Diderot de París.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain