Los presos de Pensilvania ya no reciben cartas
blia fue enviada a través de la cadena de librerías Barnes & Noble. Creen que un cliente incluyó la droga en su interior antes de pasarla por caja. Explica que los libros siempre fueron un vehículo de contrabando, “la diferencia en los últimos seis meses es que se introduce en una forma líquida que no se puede detectar”.
El año pasado, Nueva York también restringió la adquisición de libros para de esta manera cortar una vía de distribución de las ra la medida “un insulto” a sus voluntarios y contraria al objetivo de educar a los presos. Por eso está contemplando adoptar una acción legal. La American Civil Liberties Union considera que la nueva práctica sobre el correo viola el derecho a la confidencialidad en la comunicación del preso con su abogado.
La asociación que representa a los empleados de prisiones en Pensilvania dice que aún es pronto para decir que se está cortando realmente el tráfico de drogas, pero sí señalan que “hay menos incidentes”. En paralelo, se está destinando más personal a las zonas de visitas, se prohíbe temporalmente el uso de máquinas expendedoras e instalando sistemas para la detección de drones.
La agencia que regula las cárceles en el Estado responde a las críticas diciendo que llevará aún