Los permisos para sacar patrimonio histórico de España crecen un 60%
Sin embargo, no todos los propietarios están conformes. Uno de ellos, que pide no dar su nombre, solicitó permisos para una docena de objetos el año pasado, de los que se le denegó la salida de cuatro. “Regalar esas piezas a precio de saldo al Ministerio de Cultura, eso no lo hago bajo ningún concepto. Otra cosa es que yo en su día las done, pero al museo o colección que a mí me guste”, se despacha. En su caso, le denegaron la exportación por el extraordinario estado de conservación y el gran interés para las colecciones públicas.
Los propietarios de grandes colecciones han recurrido a la venta de alguna de las piezas para hacer frente al gasto que les supone mantenerlas. Fue el argumento de la Fundación Casa de Alba para vender una carta manuscrita de Cristóbal Colón en 2015, pero la exportación le fue denegada. Con la crisis económica, otros grandes propietarios, como la Fundación Medinaceli de Sevilla, también se planteó vender una de sus obras, El arrastre del toro de Goya. Denegada también en un primer momento, consiguió el permiso a la segunda, aunque finalmente la venta no se produjo.
Cuando se pide el permiso de exportación, el dueño debe indicar una estimación de su valor y el Estado tiene derecho a comprarlo directamente a ese precio. El presupuesto del departamento para comprar obra ronda los cuatro millones anuales, según fuentes de la Junta de Calificación. Por esa vía pasó a las colecciones públicas, por ejemplo, unmanuscrito de 1773 con 32 acuarelas de aves y vida marina de Mallorca, Producciones y avesmarítimas, de Antonio de Recondo.
Sobre el interés de los compradores internacionales por el arte español, JaimeMato, atribuye el fenómeno a la mayor información sobre la oferta disponible y unas gestiones más ágiles. Aunque a veces también el éxito de una exposición de impacto internacional espolea el interés por una época o un género artístico poco explotado. Desde que la National Gallery de Londres dedicó en 2009 una muestra a la pintura y escultura españolas de los siglos XVII y XVIII, las casas de subastas de Estados Unidos y Reino Unido han mostrado más interés por la madera policromada de esa época. “Quieren colocar tallas de esa época en la mitad de las salas dedicadas a la pintura barroca”, comenta Juan Dobado, sacerdote carmelita y comisario especializado en arte religioso.