POR UNA ENERGÍA MÁS LIMPIA Y EFICIENTE
Las empresas se enfrentan al enorme desafío de orientar y transformar sus negocios para desligar el crecimiento económico de las emisiones contaminantes y descarbonizar la economía. Para alcanzar este objetivo será necesario promover tres ejes básicos de actuaciones: el desarrollo de las energías renovables, el fomento de la eficiencia energética y el impulso de la electrificación de la demanda. En el caso de Acciona anticipamos ya hace más de dos décadas la necesidad de esa transformación basada en el desarrollo de energías más limpias y eficientes. Y hemos sido consecuentes al convertirnos en la primera compañía de energía e infraestructuras del mundo neutra en carbono, lo cual no sólo es un hito para Acciona. Supone también demostrar al tejido empresarial y social que es posible apostar por otro modelo de desarrollo, uno que no comprometa la sostenibilidad del planeta y que al tiempo sea económicamente rentable. En Acciona huimos de concebir la RSC como mera fórmula para compensar los impactos negativos de la actividad empresarial. Muy al contrario, integramos en la estructura genética de nuestro modelo de negocio el compromiso con la sostenibilidad, apostando por actividades que contribuyan al desarrollo económico y social de las comunidades en las que operamos. La compañía cuenta con un Plan Director de Sostenibilidad cuyo objetivo es liderar la transición hacia una economía baja en carbono, para lo que ponemos al servicio de todos los proyectos criterios de calidad y procesos de innovación para optimizar el uso eficiente de los recursos y el respeto al entorno. Pero todavía son muchos los retos a los que nos hemos de enfrentar en el camino de la sostenibilidad: desarrollar una economía circular que disminuya la generación de residuos; reduzca eficientemente el consumo excesivo de agua; e innovar para atender las necesidades en infraestructuras de la creciente población mundial. Unas infraestructuras que han sido, son y serán piedra angular en el desarrollo económico sostenible y que requerirán, para mantener el actual crecimiento, inversiones de entre cinco y seis trillones de dólares al año en todo el mundo, esto es, un 30% más que en la actualidad.