El Pais (Madrid) - Especiales

Marcos Xam Pam

“Lo que hice al llegar a Guatemala fue escapar de la capital. Sé que son prejuicios, pero no me gustan”

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Tiktoker de viajes. De noche, Marcos Xam Pam (Madrid, 34 años) trabaja para Bicimad; cuando se despierta, edita vídeos para sus 140.000 seguidores. No bebe, ni fuma ni sale de fiesta. Todo lo que gana es para sus viajes. Nos recibe en su casa de Madrid a las pocas horas de volver de Guatemala.

¿Qué buscaba en este destino?

No suelo escoger un destino por gusto. Miro lo que sale más económico. Y la selección de Guatemala fue un poco igual. En fechas de baja demanda, el precio del vuelo suele oscilar entre los 300-400 euros. Además, no conocía nada sobre el país, ni se me había perdido nada allí. Y no me arrepiento. Cuanto menos organizas tu viaje a Guatemala, mejor. Me alquilé un coche en cuanto llegué al aeropuerto y empezó mi aventura. También acababa de volver de un viaje a Mongolia en el que no entendía a nadie, y me animó eso de que en Guatemala se hable castellano.

La siguiente pregunta era cómo organizó la ruta.

Lo que hice en cuanto llegué fue abrir Google Maps y escapar de la capital. Sé que son prejuicios, pero no me gustan las capitales. He recorrido el país de este a oeste. He visto entornos naturales increíbles y pueblos muy pintoresco­s. La ruta sin la presión de la organizaci­ón es mucho mejor.

¿Alguien que le llamase la atención?

Me paré en un pueblecito superperdi­do a recargar energía y conocí a un grupito de jóvenes. Me quedé con ellos dos días. Todos trabajaban en los pocos negocios que había en el pueblo. Vi cómo era su día a día. Me invitaron a su casa, comimos todos en familia y me hicieron sentir en casa.

¿Confirma que son hospitalar­ios?

Si tengo que quedarme con algo de mi viaje es con la gente. Con su amabilidad. Esa gracia de poder sentarme con una persona durante horas sin cansarme. En definitiva, su humildad y su pureza.

¿Algún lugar que recomiende?

En la frontera con México está el hoyo El Cimarrón. Es un cráter de

150 metros de profundida­d y otros 160 de diámetro. Es de esos sitios en los que nos sentimos muy pequeñitos. También, las cuevas de B’omb’il Pek. Para llegar tienes que andar 40 minutos. Pero merece la pena, es un lugar repleto de estalactit­as. Hubo un momento que me cagué de miedo, pero entré y vi la gruta. Me fascinó.

¿Qué hay de comer en Guatemala?

Hay muchos fritos. Pollos, patatas… Pero lo más tradiciona­l son los caldos de res o de gallina. En cada casa que me hospedé lo cocinan con verduras diferentes, pero, al final, el sabor suele ser el mismo. En las zonas que están más pegadas a la frontera con México se pueden comer tacos, o shucos.

¿Dónde se come todo esto?

En los puestos de comidas que están por todos lados. Además, son bien baratos. Unas patatas fritas te pueden costar como 50 céntimos.

¿Qué es imprescind­ible tener en cuenta?

Lo que es prescindib­le es llenar tu maleta con mucha ropa: una camiseta, un pantalón y bien de calzoncill­os, por si las moscas.

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