Pisar fuerte en política
En 2015, con 25 años, esta socialista nacida en Cullera se convirtió en el miembro más joven del Congreso de los Diputados y desde agosto de 2016 es la directora general del Instituto Valenciano de las Mujeres y por la Igualdad de Género. «Se puede ser feminista y usar tacones o zapatillas», afirma. «Yo me siento mucho más cómoda con unos más planos, pero creo que no está reñido con la emancipación de la mujer, con utilizar según qué zapatos», continúa, y reconoce que, aunque no es su caso, «los tacones pueden dar sensación de seguridad, pero no es exclusivo de las mujeres, de hecho hay hombres que utilizan plataformas para parecer más altos».
Such opina que su significado se está transformando con la sociedad: «Yo admiro a las mujeres que saben llevar los zapatos bien puestos, ya sea un tacón, una plataforma o unas zapatillas. Creo que ha simbolizado durante mucho tiempo un complemento de empoderamiento, de liberación de la mujer, pero estamos en una fase en la que estas tendencias cambian y se buscan una mejor movilidad y más comodidad». Ella prefiere las cuñas y no busca zapatos para ocasiones especiales «ni para ir al Congreso ni para hacer campaña», antepone la comodidad. Además, admite, la estética de las mujeres en política es mirada con lupa. «Se nos juzga mucho más, no solo por el calzado o la ropa, sino también por nuestro aspecto físico», lamenta. Pero también ve que el feminismo está promoviendo –y reafirmando– nuevos enfoques: «Pedimos ser tratadas por igual, que no se transmita una imagen distorsionada, ni cosificada ni hipersexualizada, de lo que somos las mujeres».
"SE PUEDE SER FEMINISTA Y LLEVARLOS" MARÍA SUCH