EL VALOR DE LA DIFERENCIA

El gusto por lo artesanal y lo hecho a mano lleva a la firma IKEA a lanzar la colección INDUSTRIELL, donde los objetos hablan como si fueran piezas únicas. El diseñador holandés Piet Hein Eek ha desarrollado una línea con cerámica, madera, vidrio o textil

En los años setenta, el arquitecto italiano Gaetano Pesce acuñó el término malfatto. Eran objetos imperfectos, con el sello de lo diferente que, pese a ser producidos, en muchos casos, en serie, resultaban atractivos y deseados por el cliente final. Pesce los nombraba como algo bueno, con valor dentro de la reciente producción industrial que, desde los años cincuenta, poblaba Europa. Lo anecdótico, la muesca artesanal, la señal de la huella humana, empezó a ser deseado por los propios diseñadores y demandado por los primeros coleccionistas de diseño. Y así, hasta llegar a la actualidad, cuando es una realidad y una tendencia que se une de manera necesaria con la corriente de sostenibilidad que triunfa en el diseño contemporáneo.

La última en aportar algo nuevo a esta corriente es IKEA, a través de su colección INDUSTRIELL, donde se reconvierte la idea de producción a gran escala, incluyendo en cada producto una calidad humana maravillosamente imperfecta, pero sin aumentar su precio. Para ello ha colaborado con el diseñador Piet Hein Eek, conocido por desarrollar nuevas formas de trabajar con madera, vidrio, ce-

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