La violencia que se instala en casa

En tres días seguidos he encontrado esta información en la prensa: 1. Sube a 43 la cifra de mujeres asesinadas por su pareja.

2. La violencia machista ya ha matado a 8 niños.

3. Detenido un hombre en Alzira tras degollar a su hija de 2 años.

Es difícil de entender estos hechos, así como la reacción de los agresores. Los psicólogos o los psiquiatras nos lo deberían explicar. Porque ya no se trata de algún hecho ocasional. Es una barbaridad que va creciendo.

Existe un observatorio contra la violencia doméstica y de género, y los juzgados españoles han recibido, hasta ahora, más de 42.000 denuncias en el segundo trimestre del 2017. En este año ha habido 43 mujeres que han sido víctimas mortales. Violencia doméstica, lo llaman. En el par de años que ejercí de abogado, defendí a una mujer que cada día era lanzada escaleras abajo por su marido, que llegaba a casa alterado por el consumo de alcohol. No existía ningún tipo de protección en el caso de violencia, aunque fuera cotidiana.

Hay hombres que son agresivos y mujeres que son agresivas. Y hijos y padres. La agresividad, lamentablemente, existe en todos los ámbitos. De una manera más o menos visible. Hay quien, incluso, considera la violencia como un derecho.

Escribiendo estas líneas me doy cuenta que violencia y violación son dos palabras hermanas.

Paz y respeto también son dos palabras amigas. Nuestras amigas de confianza.

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