Estoy diciendo que juegue más con la derecha y este año lo está haciendo»

Manolo: «Siempre le

veo que es un niño tan querido y que la gente lo apoya, me llena de satisfacción», dice Patricia.

Eso sí, a ninguno le sorprende el nivel de Sergi. «Lo veo mucho más maduro, con mucha más seguridad. Como él ha dicho, esta seguridad la ha ganado gracias al entrenador, que lo tiene cada vez más minutos en pista y le da confianza. No mira al banquillo cada vez que falla. A mí no me sorprende su juego porque sé cómo es Sergi», asegura su madre. «Como padre puedo decir que no nos sorprende por el carácter que tiene Sergi porque es una persona fría, asume la responsabilidad, le gusta la responsabilidad. Pero sí es verdad que esta naturalidad que tiene con 20 años y ese desparpajo con el que juega… Está siendo una explosión quizá no temprana pero sí muy seguida, por decirlo de alguna manera. Es ya una realidad. El que no lo conoce puede pensar que ha mejorado el tiro, pero los que lo hemos visto desde pequeño, el tiro y los porcentajes de Sergi han sido siempre extraordinarios. El sábado cuando lo veíamos pensaba, está tirando con una naturalidad que parece que esté en la terraza de casa con su hermano».

Desde niño, en todas las categorías, se veía su talento para el baloncesto, pero sus padres destacan el esfuerzo y sacrificio que le ha costado recorrer este camino. «Si algo tiene Sergi es que siempre, siempre, ha tenido mucha madurez y eso le ha ayudado a conseguir las cosas porque es muy trabajador y, con aquello que le gusta, lo triplica. Pero él sabe que el talento no significa ningún premio sino que tiene que ir acompañado de trabajo. Eso sí se lo hemos dicho siempre en casa, que si no trabajaba jamás lo iba a conseguir», indica Manolo, que pone un ejemplo. «Cuando vemos que en la tele dicen ‘vaya piernas tiene Sergi’ Patricia y yo nos miramos porque si algo ha tenido que trabajar han sido esas piernas. Las tenía que trabajar no, triplicar. Ha tenido que hacer un esfuerzo tan grande para tener el tren inferior que tiene ahora que no os lo podéis ni imaginar».

Un momento clave en ese aspecto fue su llegada al Centro de Tecnificación de Baleares que dirige José Luis Alberola. Ahí, de la mano del fallecido Biel Hurtado y con un enorme esfuerzo físico, Sergi empezó a mejorar a pasos agigantados. Llegaron las llamadas de la selección y de varios clubs interesados, entre ellos el Estudiantes y el Basket Zaragoza. La familia García estuvo una semana en Zaragoza viendo el piso donde iba a vivir Sergi tutelado por Pedro Carrillo y quedaron convencidos.

En estos años ha habido momentos mejores y peores, pero Sergi los ha superado con gran madurez. «Cuando le preguntas él te cuenta, pero le cuesta. Tanto para lo bueno como lo malo. El año pasado tuvo problemas con la rodilla y los hombros y nos lo contó a toro pasado lo mal que lo había pasado y la voluntad que tuvo en la recuperación», dice Patricia. Pero es que Sergi siempre ha sido así. «Tengo tres hijos y Sergi ha sido un niño especial. Era muy pequeño y ya era muy maduro. Lo que destacaría de él con mayúsculas es que siempre ha sido muy humilde. No se le suben los humos a la cabeza. Está siempre con los pies en la tierra y espero que continúe así». Palabra de madre.

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