Puigemont y San Nicolás
Entre aplazamientos y recursos, no cabe duda de que Carles Pugidemont se comerá el pavo relleno y el turrón de Navidad y las uvas de Nochevieja en Bruselas. Este año el 4 de diciembre coincidirán en Bruselas el expresidente catalán y San Nicolás, que llega todos los años con su paje «Pedro el negro» en un barco procedente de España para averiguar si los niños se han portado bien durante el año.
La Fiscalía de Bruselas ha querido saber las condiciones en las que estaría encerrado Puigdemont si lo extraditaban, como si el nuestro fuese un país tercermundista, y envió catorce preguntas a la juez de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, relacionadas con el estado de las cárceles españolas. Instituciones Peninteciarias respondió inmediatamente e incluso añadió información sobre la cárcel de Estremera, un centro de los más avanzados, en donde podría elegir celda individual o compartida con alguno de los exconsejeros. Las celdas tienen once metros cuadrados, disponen de televisión, inodoro y duchas con una separación para preservar la intimidad. Nada de superpoblación en la prisión, que dispone de un equipo médico, comida de calidad, actividades recreativas y culturales, acceso a los abogados, medidas de seguridad para evitar agresiones, llamadas telefónicas, visitas de familiares y amigos. La Fiscalía belga puede dormir tranquila si envía al expresidente catalán a su casa. Puigdemont puede sentirse mejor que en un hotel, casi como en su propia casa, sin que le cueste ni un euro de su bolsillo, salvo el detalle de la privación de libertad por una temporada, que a buen seguro no sería muy larga. En esas condiciones, de las que no disfrutan miles de detenidos en nuestro país, muchas personas que no disponen de una calidad digna de vida en libertad se cambiarían por el expresidente catalán. Cuando no se tiene lo necesario, la libertad es lo de menos porque no se disfruta. Sólo le faltó a la Fiscalía belga preguntar por los nombres, la estatura, el peso, la preparación profesional, los antecedentes si los hubiera y el historial de los funcionarios de la prisión con los que se relacionaría poco o mucho Puigdemont y los exconsejeros que le acompañan en su exilio belga.
Otra pregunta importante que se le ha quedado en el tintero a la Fiscalía belga ha sido si para la ducha el jabón es en gel o en pastilla, porque esto último puede dar lugar a situaciones comprometidas con otros presos.