Último bastión
Isidoro Berdié Zaragoza El escritor Jardiel Poncela, parafraseando la Biblia, se preguntaba: «¿Pero hubo alguna vez once mil vírgenes?». Un colectivo de filósofos e historiadores, no hagiógrafos, también nos preguntamos si alguna vez existió la Democracia, y vemos que no.
Por contra, la izquierda española afirma que existe y que la representan ellos, ¿como en Casas Viejas 1933, en plena II República, con un gobierno republicano socialista? En este pueblo andaluz, campesinos anarquistas ocuparon las tierras, acuciados por el hambre, y se hicieron fuertes en ellas. Las órdenes de Azaña, según fuentes de CNT, fueron: «Ni heridos ni prisioneros, tiros a la barriga», y así se hizo, no hubo ni heridos ni prisioneros, 29 personas pasadas por las armas, y un grupo de campesinos armados, que se habían hecho fuertes en la cabaña del «Seisdedos» fueron quemados vivos, recordando las hogueras de la Inquisición. Ramón Sender, escritor aragonés, se personó en el lugar de los hechos y dio fe de todo ello. Estos hechos fueron un escándalo y supusieron la caída de Azaña.
¿Era esta su manera «democrática» de conducir la República? Y para tomar el poder usaron más que las urnas el golpe de Estado y la huelga revolucionaria. El primer golpe de Estado cruento lo