Banderas
Emilio J. Martín Escudero Pina de Ebro (Zaragoza) No se los demás, pero los que nacimos «en la España exterior», sin estar vinculados al ejército, como fue en el protectorado de Marruecos, sentimos la Patria y la Bandera, como algo a defender, de lo que presumir, dado que no tenemos región, provincia o pueblo peninsular, o insular, que abanderar.
Y es que existe mucha confusión cuando dices que eres marroquí de nacimiento: «¿moro?», es lo primero que te preguntan. Suelo contestar que moro no, pero que soy marroquí viéndome en la necesidad de ilustrar al que pregunta sobre la genealogía española de mis padres. Si además tu vida personal y laboral te llevó por Ceuta y el Sáhara, la que vendieron por lo anteriormente dicho: política y negocios privados solapados, solo te queda en el fondo de tu ser apátrida sentirte tan patriota y español como lo son con sus países esos forofos y jugadores de fútbol ingleses, franceses, alemanes, italianos... ya sean «de pura raza», o inmigrantes de primera, segunda o quinta generación, cuando cantan desgañitándose, y emocionados, su lololo correspondiente, con la mano en el corazón al oír su himno y ver ondear su bandera, o a los incultos yanquis en cualquier competición...
¿Avergonzarse de tu bandera o de tu himno...?
Aunque esté de moda es amoral, una traición y antes me limpio lo que sea encima de Dani Mateo, Valtònyc y en toda la caterva de modernos que no se atreven a hacerlo en una bandera arco iris, estelada o del daesh...