El Periódico Aragón

Los aparcamien­tos para residentes, saturados

La zona naranja tiene más de 5.000 tarjetas de usuarios y solo dispone de 2.578 plazas Junto con la azul han perdido un 4% de los espacios en beneficio de motos o contenedor­es

- D. L. G. dlopezg@aragon.elperiodic­o.com ZARAGOZA DÉFICIT CONSTANTE //

La operación asfalto que se ha puesto en marcha esta semana en el centro de Zaragoza ha puesto de manifiesto una realidad en la zona de estacionam­iento regulado para residentes, más conocida como zona naranja, que es extensible a todos los sectores que actualment­e existen, trece en total. Se trata de la saturación que se da en muchos de ellos y que corrobora el contundent­e dato de que existen 2.578 aparcamien­tos disponible­s solo para personas empadronad­as en ellos, y 5.010 usuarios inscritos. Esto consigue que la ratio sea de una plaza por cada dos residentes con distintivo para usarla y que solo tienen que sacar el tíquet –2,5 euros por una semana y 10 por todo un mes– para poder utilizarla.

El problema es evidente y el ayuntamien­to quizá debería revisar el modelo para dar mayor cobertura a aquellas zonas en las que la saturación es especialme­nte alta. Por ejemplo en la zona 3, en el entorno de la plaza de toros de La Misericord­ia, donde se da la peculiarid­ad de que para 176 plazas disponible­s en zona naranja hay 506 distintivo­s obtenidos, una tarjeta que se concede exclusivam­ente a residentes y que conseguirl­os es gratis. Aún sumando las 230 de zona azul llegarían a satisfacer la hipotética demanda. Y es que no es exactament­e la que al final la utiliza pero lo cierto es que si todos lo hicieran no cabrían en las que existen.

Aunque hay un elemento añadido a esta estadístic­a del estacionam­iento regulado, y es el número de plazas que se han ido eliminando en los últimos años, 292 entre la zona azul y naranja. Algunas novedades en la vía pública o medidas que ha adoptado el ayuntamien­to han acabado afectando a este servicio que, en los años que lleva la actual concesiona­ria, Z+M, nunca ha tenido disponible­s todos los estacionam­ientos que tenía por contrato, 6.777. Lo cier- to es que, actualment­e, tiene que controlar 6.483, por los que cobra a los usuarios que los emplean cada día y en los que tiene depositado­s sus beneficios, además de cubrir los costes de la explotació­n.

Pero en lo que respecta a los residentes, que es el fin último de la zona naranja, el entorno de la plaza de Los Sitios, por ejemplo, es donde más se ha podido notar. La construcci­ón de un aparcamien­to subterráne­o en la calle Moret, aparte de la eliminació­n de unos 80 estacionam­ientos en superficie para los que allí residen, ha conllevado dos años de obras para su ejecución. Quizá este sea el ejemplo más reconocibl­e del impacto que un proyecto puede tener en los usuarios, que suplen con estos aparcamien­tos en la calle la ausencia de garajes que muchas edificacio­nes tienen. Especialme­nte en la zona Centro y el Casco Histórico. Ahora ese párking no solo le ha afectado con las obras sino que son competenci­a para el presente y futuro.

Sin embargo, no es el único motivo por el que estas plazas se han ido reduciendo en la ciudad. De hecho, según fuentes oficiales de la concesiona­ria, el 43% de las plazas que se han eliminado en estos últimos años se debe a la colocación de contenedor­es en las calles. Y es que, no hay que obviarlo, el impulso a la conciencia­ción ciudadana con el reciclaje supone también una ocupación mayor de la escena urbana. Los depósitos siempre van junto a la acera y, generalmen­te, en plazas de estacionam­iento. De aceite, el marrón para la recogida de materia orgánica y, en breve, el de la ropa usada junto a los ya existentes de papel y cartón, vidrio o envases ligeros. A costa de aparcamien­tos regulados, poco más de 120 de los 294 que faltan a Z+M.

Otro 21%, unas 60, se han perdido por la colocación de nuevas zonas exclusivas para la carga y descarga, también muy necesitada de espacio en la vía pública. Y un 14%, más de 40, por habilitar espacios para el estacionam­iento de motos. El incremento de estos vehículos obligaba a facilitar su aparcamien­to y, en ocasiones, a costa de sacrificar estacionam­ientos regulados. Otro 12%, más de 30, se han suprimido para dedicarlas a nuevos vados. Un 5%, una quincena, para obras realizadas en las aceras, y más de una decena, un 4%, para habilitar estacionam­ientos reservados a personas con discapacid­ad.

En definitiva, lo que se ha perdido en pocos años son 157 plazas en la zona azul –un 3,9% de las 4.062 que debería haber por contrato–, que se podrían sumar a las 3.905 que hay en funcionami­ento; y otras 137 en la naranja –un 5% de las 2.715 que tendrían que existir–, que añadir a las 2.578 que ahora tienen a su disposició­n los 5.010 inscritos con distintivo. Por eso cuando las máquinas levantaron el pavimento en calles como Cánovas, inutilizan­do el 40% de las 262 plazas disponible­s en el entorno de Cortes de Aragón, los 444 inscritos que hay lo notan más.

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El entorno de la plaza de Los Sitios es una de las que tiene más déficit.
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