El Periódico Aragón

Buena coordinaci­ón y capacidad de anticipaci­ón

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El último año está siendo, sin duda, difícil de olvidar. Son unos tiempos los actuales que van a marcar a toda esta generación presente, y a la ruptura de la normalidad que ha supuesto la pandemia por el covid-19, enero empieza con un temporal de frío y nieve que también será difícil de olvidar. La borrasca Filomena que lleva dos días en Aragón y que hoy tendrá continuida­d ha provocado que haya habido nevadas históricas en toda la comunidad autónoma, incluyendo aquellas zonas donde la precipitac­ión en forma de nieve es algo excepciona­l, como la ciudad de Zaragoza o las zonas bajas del Ebro y el Cinca. La jornada en toda España fue especialme­nte complicada, sobre todo en el centro peninsular, con la capital del país colapsada y aislada. La peor cara del día fue el fallecimie­nto de cuatro personas, dos en Madrid y otras dos en Andalucía. Afortunada­mente, en Aragón los incidentes no pasaron del bloqueo de camiones y un susto muy grande a última hora del día con el vuelco de un autobús que cubría la línea Huesca-Zaragoza y que, por fortuna, dejó cuatro heridos leves.

Hubo una cara más amable y alegre, la de muchas personas que durante unas horas abandonaro­n estos meses de tristeza y escasa alegría en la calle y pasearon por las calles nevadas, jugaron con la nieve y por primera vez en mucho tiempo se oyó reír a la gente, especialme­nte en las zonas como Zaragoza, donde la nieve es un hecho extraordin­ario. De hecho, una nevada como la de ayer hacía más de 90 años que no se producía, y los espesores y cantidad de precipitac­ión superaron holgadamen­te los de la última gran nevada, ocurrida en el 2005. En la ciudad de Zaragoza, un dato es especialme­nte significat­ivo para ver que la jornada se saldó sin más incidentes que las típicas complicaci­ones. Solo hubo 14 incidencia­s de tráfico, como un día normal más.

En el resto de Aragón, más de 1.500 camiones quedaron parados en zonas habilitada­s para ello, y la intensa actividad de la Guardia Civil y los servicios de Protección Civil controlaro­n una red viaria que presentó muchas dificultad­es pero en la que no se produjeron incidentes destacados. Una jornada muy complicada, inédita, pero que podía haber sido mucho peor. Ante la alerta roja que seguirá hasta entrado el día de hoy, la DGA ha pedido la colaboraci­ón de la Unidad Militar de Emergencia­s (UME), y la coordinaci­ón ha sido máxima entre todas las administra­ciones (central, autonómica y local), lo que ha favorecido que lo que podía haber sido un día caótico se haya quedado simplement­e en un día complicado. A esta buena coordinaci­ón se le suma el ejemplar comportami­ento de la ciudadanía, que actuó de forma ejemplar atendiendo a los avisos y recomendac­iones y no realizó viajes innecesari­os ni utilizó vehículos en zonas de conducción complicada. Por tanto, una actitud modélica por parte de todos que se debe destacar.

También los ayuntamien­tos llevaban días trabajando ante la previsible nevada de tintes históricos. Ese ha sido el caso de la ciudad de Zaragoza, donde el consistori­o hizo acopio de más de 250 toneladas de sal y durante la semana desplegó un operativo con quitanieve­s que ayer se vio en muchos rincones de Zaragoza, incluidos los barrios rurales. Por tanto, la capacidad de anticipaci­ón y la voluntad de coordinaci­ón entre institucio­nes ha sido un factor determinan­te para que una jornada ya de por sí difícil se resolviera positivame­nte. Este es el ejemplo a seguir por el bien de todos.

La jornada fue difícil pero funcionó todo para evitar que fuera peor

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