Celeridad en vacunar

Ante una emergencia nacional, en estado de guerra total contra el virus como en la que nos encontramos, y después de muchos meses de esperar la vacuna, es indignante que la misma no se lleve a cabo con más celeridad; creo que es el momento de poner toda la carne en el asador, y para ello y sobre todo pensando en la vacunación masiva, hay que echar mano de todos los recursos que tengamos a nuestro alcance: cualquier personal sanitario cualificado, farmacéuticos, dentistas, veterinarios, sanitarios jubilados, militares o aquellos que tengan conocimientos suficientes que les permitan vacunar, deberían ponerse manos a la obra, da igual sean públicos o privados; estamos en una situación de emergencia nacional, de guerra; y la vacuna es nuestra salvación.

Por ello tiene que hacerse de inmediato, cuanto antes para que el mayor número de personas quede exento del contagio, de ahí que haya que utilizar todos los recursos a nuestro alcance. No nos valen excusas ha de ser inmediato, rápido y eficaz, controlado por supuesto bien por las autonomías o por parte del gobierno central. Por tanto no hay que dejar pasar ni un minuto más; cada día qué pasa corre peligro una vida, la de cualquiera de nosotros o de nuestra familia o amigos, por ello hemos de evitar en lo posible que esto se alargue en el tiempo.

No nos valen excusas: ni festivos, ni vacaciones: día y noche, vacunar sin aliento y a todas horas y a todo el mundo, y así y sin que nos hayamos dado cuenta en unos meses estaremos libres de esta maldita pesadilla.