El Periódico Aragón

El hielo en Madrid obliga a cerrar la educación presencial toda la semana

Comerciant­es y vecinos limpian las calles con palas para poder moverse Los supermerca­dos carecen de fruta y verdura por no poder llegar los suministro­s Páginas 2 a 9

- OLGA PEREDA eparagon@elperiodic­o.com MADRID

Madrid da miedo. Dos días después de la histórica nevada, la ciudad –y toda la comunidad– es hoy una descomunal pista de hielo. Ya no hay familias divertidas haciendo muñecos, tirándose bolas entre risas y deslizándo­se con trineos caseros. Ahora salir a la calle es, literalmen­te, jugarse el tipo. El cielo está despejado y luce el sol, pero las temperatur­as bajo cero convierten las calles un potentísim­o congelador. El frío va para largo. La presidenta de la región, Isabel Díaz Ayuso, ha decretado el cierre de la educación presencial en todos los niveles hasta el próximo lunes.

A falta de su habitual tráfico, la capital está silenciosa. Solo se oye el ruido de las palas, que ya están agotadas en los bazares. También se oyen martillos y recogedore­s metálicos y de plástico. Hace muchos años que, a falta de una competente gestión municipal, las calles de Madrid están limpias gracias a los porteros de los edificios. Con la nieve pasa lo mismo. Son ellos –y los dueños de los comercios– los que arriman el hombro para despejar las aceras y hacer cortafuego­s, más bien cortanieve­s. En los edificios donde no hay portero, son los vecinos los que bajan con los recogedore­s de plástico de sus casas para apartar un poco la resbaladiz­a y peligrosa escarcha. En las calles secundaria­s, enterrados en nieve y hielo, también están los cubos de basura, repletos de bolsas con desperdici­os porque resulta imposible que los camiones de limpieza circulen.

El ayuntamien­to reparte sal y las arterias principale­s –Castellana, Bravo Murillo, Santa Engracia, López de Hoyos…– están despejadas gracias a los camiones quitanieve­s, pero no se llega a todo. Las calles pequeñas son un témpano. Mientras, miles de coches siguen varados en la M-40, sepultados por la nieve.

Hoy, como ayer lunes, es un día perfecto para quedarse en casa. Muchas oficinas han pedido a sus trabajador­es que se conecten desde sus hogares y cumplan así la jornada laboral. Pero si eres dentista o cuidador de un anciano ¿cómo teletrabaj­as? A falta de transporte público que le lleve a su casa, en el sur (( de Madrid, Hugo, cuidador de una persona mayor con problemas de movilidad, permanece todavía en casa de la familia para la que trabaja. «Ya veré cuándo me puedo ir. De momento, aquí me quedo porque no tengo manera de desplazarm­e», comenta. Cercanías va recuperand­o poco a poco la normalidad (a las 12.25 horas de ayer ya se podía ir, por fin, a Leganés y Alcobendas), pero el servicio todavía está congestion­ado. El aeropuerto de Barajas –donde muchos usuarios han dormido estos dos días por problemas tras ver visto anulado su vuelo– ya tiene dos pistas operativas.

Mientras tanto, la Guardia Civil lucha a paladas para devolver la normalidad en las carreteras. Los guardias tienen orden de señalar a los servicios de grúa dónde han de retirar vehículos que llevan varados en esa vía desde la noche del pasado viernes. Pero, para que la grúa pueda acceder a cargar los vehículos, es necesario despejar puntos a los que no llegan las quitanieve­s.

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JOSÉ LUIS ROCA Dispositiv­o de la Guardia Civil para rescatar a los vehículos que quedaron atrapados en la autovía M-40, ayer.
 ?? EDUARDO PARRA / EUROPA PRESS ?? Un hombre trabaja con una máquina en Cibeles.
EDUARDO PARRA / EUROPA PRESS Un hombre trabaja con una máquina en Cibeles.

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