Los libros de Martina
Martina, mi sobrina de 8 años, ha recibido dos regalos muy especiales. No son videojuegos, ni consolas, ni Spotify. Han sido dos libros. No sé sus títulos. Lo importante es que son libros. Palabras que le adentrarán en un mundo de sueños, de esperanzas, de realidades, de sentimientos, de emociones. Y una emoción me ha embargado al ver su rostro ilusionado. En un mundo donde rige la técnica, que tantos beneficios nos trae, en Martina ha reinado la palabra, la letra impresa, que, de seguro, tantas riquezas le aportará.
Los libros de Martina me hacen soñar y evocar hechos y libros de mi vida. Mis primeras redacciones colegiales guiadas de la mano de mi tía Fina. Surgió en mí una creatividad, hasta entonces desconocida. Mi madre, con infinidad de ocupaciones, pero con tiempo siempre para un libro. Me impuso un castigo, que resultó ser un regalo como el de Martina. Esa tarde no saldría con mis amigos, pero pasaría largas horas con un libro en mis manos. Así, me otorgó muchos más amigos para el resto de mi vida: los libros. Los libros de Martina me han llevado a agradecer todo lo vivido en esa tarde de regalo, no de castigo, con la compañía de Viento del este, viento del oeste. Gracias mamá por posarlo sobre mí. Desde entonces, aprendería a tener muchos momentos para estar con letras en las manos. Te menciono Muerte, ¿dónde está tu victoria? porque me enseñaste que los sentimientos se expresan con palabras, sílabas, letras que transmiten vida. A ti te compré El bosque de la larga espera y me metiste a la espera de mi historia contemporánea. Si los lectores nos hacemos protagonistas de nuestra historia, como lo fueron los de nuestros libros, conseguiremos narrar una historia única y no cíclica. Martina sí que es la protagonistas de sus libros, hasta se disfraza, declama y cambia los finales. Termino con el libro que leo días tras día, en que sólo la palabra se convierte en bondad, en belleza, en bien. Martina, ¿Cuántas Martinas habrán tenido este regalo como tú? Inundemos de letras, sílabas, acentos, puntuaciones... a nuestro alrededor llenándolos de sentido, de expresión, de fuego. Regalemos siempre muchos libros como los de Martina. Ella podrá evocar hechos y libros que marcarán su vida y quién sabe si al final compraremos los libros de Martina. ¿ Escribirá su cuento?