El curso recién comenzado será muy intenso en lanzamientos discográficos internacionales de todos los estilos, incluyendo álbumes programados para 2020 que se aplazaron como consecuencia de la pandemia
Lanzar un álbum por sorpresa se ha convertido en tendencia de la industria en los últimos tiempos, y no adelantar la fecha de edición forma parte del marketing. En esta posición se encuentran novedades de primer orden cuya salida se espera para 2021, como las de Billie Eilish (sin título por ahora) y Lana del Rey (Chemstrails over the country club), un disco este cocinado, como el anterior, Norman fucking Rockwell, de la mano de Jack Antonoff, quien está también vinculado al nuevo de Lorde. Este es otro trabajo deseado, al que la neozelandesa no ha dado todavía los últimos toques y cuyo título está inspirado, ha dicho, en un viaje que hizo a la Antártida.
Más difuso es el horizonte de otras dos novedades que acumulan retrasos, las de Rihanna (relevo de Anti, de 2016) y Adele (cuyo 25 se remonta a 2015). Ambos álbumes ya eran esperados en el año 2020, como el de Janet Jackson (Black diamond). Otro divo pop en rampa de salida es Zayn Malik (One Direction), con su tercer álbum.
El regreso de The Cure lleva demasiado año saltando de un año a otro, pero en septiembre Robert Smith afirmó a la BBC que los confinamientos le habían servido
para terminar el álbum. Se trata del primero desde 4:13 dream (nada menos que de 2008), y Smith se ha referido a él como «el más triste» del catálogo de la formación.
Dos veteranos anuncian discos salpicados por nombres de celebridades, ambos para el 19 de marzo: Sting con Duets, combinado de citas (de Eric Clapton a Julio Iglesias), y Ringo Starr, a cargo del epé Zoom in, en cuyo tema principal, Here’s to the nights, se deja arropar por voces como las de Paul McCartney, Dave Grohl y Sheryl Crow. El ex-beatle aparece también como invitado en Macca to Mecca, el nuevo disco en directo de Little Steve (29 de enero).
Se prevé que reaparezcan Todd Rundgren (Space force), Paul Weller (Fat pop), Jackson Browne, The Doobie Brothers, Styx y Journey, y otros clásicos preparan material con vistas al pasado: Bob Dylan con 1970, triple compacto de rarezas (19 de febrero), y Neil Young, con su serie de discos de archivo (Ragged glory II, revisión expandida del correoso álbum de 1990). Y entre los decanos que se hacen de rogar, los Kinks, con su disco esperado en 2020.
Arcade Fire trabaja en un álbum concebido en buena parte en tiempo de pandemia. Cabe esperar una obra más escorada al rock que al pop, visto el tacto guitarrero de su tema de estreno, Generation A, el rol de Rick Rubin como productor y el anuncio de que el grupo apunta a su «versión más extrema».
El rockerío está asegurado por parte de Foo Fighters con Medicine at midnight (5 de febrero), si bien decantado hacia el baile y la extroversión, apelando a las palabras de Dave Grohl. Abundante movimiento en la quinta alt-rock de los 90: de Weezer (Van Weezer, 7 de mayo) a Smashing Pumpkins (segunda parte de Mellon Collie and the infinite sadness), pasando por Garbage y los arietes punk-pop The Offspring, NOFX y Blink 182.