125 años de historia en la ciudad y 20 de desmontaje
El desmantelamiento definitivo de la estación del Portillo es el nudo gordiano de una operación urbanística que lleva madurándose desde hace más de 20 años. Son solo los últimos 20 de una terminal que se inauguró en Zaragoza en 1896 y que dejó de funcionar como tal en el 2003 con el estreno de la intermodal de Delicias. Aunque en agosto del 2001 se iniciaban los trabajos de desmontaje de vías y otras infraestructuras existentes sobre el actual túnel de Goya, que recorre esos suelos de este a oeste dibujando el trazado que en el subsuelo ahora recorre el AVE, el Cercanías y todas las líneas de tren que tienen parada en Delicias. Incluso las de Media y Larga Distancia de Renfe que se controlan desde el puesto de mando del Portillo. Dos décadas en las que el atasco que sufrió la ejecución del convenio del AVE desde Zaragoza Alta Velocidad (sociedad en la que está el Mitma a través de Adif y Renfe con el 50% de las acciones, junto al Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza, con el 25% cada uno) ha marcado la transformación de esta cicatriz urbana entre el barrio de Delicias y el centro de la ciudad.
Sin embargo, en estos planes la zona del Portillo siempre tenía una ventaja con respecto al llamado barrio del AVE: contaba con la parcela más deseada por las constructoras. Esta se localizaba bajo el edificio de Correos y en paralelo a la avenida Anselmo Clavé (en dirección a la glorieta en la que confluyen la calle Santander, la avenida Goya y el paseo Teruel), pero el ayuntamiento aprobó la pasada legislatura una modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que ahora puede ser clave para entender este desmantelamiento que ahora se tramita. Se trataba de llevar todo el suelo residencial a un terreno ubicado justo enfrente de la antigua factoría de Averly, donde la constructora Brial iniciará este año los primeros pisos de los 200 que puede levantar allí. Así que este suelo de ZAV, valorado en más de 10 millones de euros y con capacidad para otras 200 viviendas en un bloque que podrá alcanzar las 20 alturas, se ha convertido en el más codiciado. Solo faltaba la licitación, que lleva años sin salir. Si se libera el terreno de la estación quizá valga más después.