De Aragón reciben 700 llamadas diarias
Y los incendios son su objetivo principal
cruza Zaragoza en dirección noroeste-sureste y ocupa la mayor parte de la provincia de Teruel. Pero también lo hizo en otras zonas más bajas, como Monegros y el valle del Jiloca, una zona llana pero situada entre 800 y más de mil metros de altitud.
«Gracias a las máquinas de la Diputación de Teruel, que ha hecho pasar sus quitanieves continuamente, no nos hemos quedado aislados», afirma Jaime Barrado Lidón, alcalde de Bello, una localidad situada junto a la laguna de Gallocanta que batió el récord nacional de temperaturas mínimas la noche del 11 al 12 de enero con 25,4º grados centígrados bajo cero.
Otra cuestión, todavía no resuelta del todo, fue despejar la nieve en el interior de las poblaciones, tarea en la que aún andan implicados varios ayuntamientos, entre ellos el de Teruel, que moviliza a diario toda su maquinaria para retirar la nieve helada que se resiste a desaparecer de sus calles debido a las heladas nocturnas.
«La Dirección General de Protección Civil no tiene un carácter inversor», precisa Carmen Sánchez. «Nuestra labor está relacionada con la coordinación de cuerpos de emergencia», matiza. Por eso el presupuesto del departamento no llega a 4,5 millones de euros. Pero, insiste, «las más de 5.000 personas de la estructura no dependen de nuestro presupuesto».
Además de atender las emergencias y de coordinar los operativos, Protección Civil también elabora proyectos normativos en materia de emergencias y desarrolla programas de prevención y autoprotección. «Estamos muy al tanto de todos los planes de protección de comarcas y ayuntamiento, en los que hacemos un papel del asesoramiento y colaboración», puntualiza la máxima responsable del 112.
En realidad, Filomena cogió preparados a los servicios de emergencias aragoneses, que ya en enero del 2020 tuvieron que movilizarse para hacer frente a la borrasca Gloria, que fue mucho más destructiva. Además, sus efectivos están curtidos en los incendios y las recurrentes riadas del Ebro.
Carmen Sánchez lleva casi un año en el cargo de directora general de Interior y Protección Civil de la DGA y le ha tocado hacer frente a una época accidentada en la que la borrasca Filomena ha barrido Aragón con el coronavirus como telón de fondo.
¿Qué es lo que está resultando más difícil de su gestión?
– Sobre todo priorizar a la vista de los efectivos con que contamos para un territorio muy extenso, más de 47.000 kilómetros cuadrados y 731 municipios dispersos con un montón de núcleos. Eso es lo más difícil, priorizar cuando todas las llamadas entran a la vez y tienes que decidir dónde van los operativos atendiendo a la urgencia de cada situación. Lo fundamental es que se va llegando lo antes posible a todos los sitios con incidencias.
¿Dispone Protección Civil de suficientes medios?
– Cuando se produce una emergencia, movilizamos los efectivos de distintas administraciones, tanto locales como autonómicos, provinciales y estatales. Eso equivale a casi 5.000 personas, cuando hay una situación grave, como pasó con la borrasca Gloria. Esa cifra no incluye a la Policía Nacional ni a la Guardia Civil ni a la Unidad Militar de Emergencias (UME), que se despliega en las emergencias de mayor importancia.
¿Cuántos recursos se han movilizado durante esta borrasca?
– En esta borrasca, han estado activadas todas las agrupaciones de voluntarios de Protección Civil, un total de 800 efectivos, así como los bomberos y las policías locales y la Unidad adscrita de la Policía, los recursos de Carreteras, los sanitarios, los forestales…, que en conjunto suponen un número muy elevado de recursos humanos.
Los servicios de emergencia
«En esta borrasca, como en otras situaciones de emergencia, lo difícil es priorizar recursos»
Pero el 112 debe de registrar una intensa actividad diaria, al margen de las emergencias más graves. – En un día normal, el 112 recibe en torno a 700 llamadas diarias y se atienden todo tipo de incidencias: accidentes de carretera, emergencias sanitarias, un incendio en una cuneta, un tren averiado en una vía férrea, una (( inclemencia climática, un fallo eléctrico. Ayer, día 14 de enero, se recibieron más de mil, 128 de ellas de tipo informativo. Estamos continuamente atendiendo avisos y no separamos las incidencias. Lo que hacemos es coordinar y mandar los operativos en función de la gravedad de cada emergencia.
¿Cómo ha funcionado el dispositivo de Protección Civil en el último episodio, la tormenta Filomena?
– Hay que resaltar que la coordinación ha funcionado muy bien.
Todas las administraciones han trabajado muy bien, poniendo todos los operativos en marcha para que no hubiera ningún tipo de problema y se pudiera cubrir todo el territorio, sin tener en cuenta si pertenecía a una administración o a otra. Además, hay que agradecer la colaboración de los ciudadanos en muchos municipios. Creo que la coordinación ha sido buena. Siempre hay que mejorar y, de hecho, en Protección Civil siempre estamos evaluando y analizando los datos para ver qué se puede mejorar, sobre todo después de una situación como la borrasca que acaba de pasar.
¿Qué procedimiento siguen para evaluar los resultados de su trabajo?
– Recopilamos todos los datos importantes: llamadas, incidencias atendidas... Ese es el proceso que estamos siguiendo ahora. Hay que ver exactamente dónde podemos mejorar la coordinación con el fin de mejorar la efectividad de nuestros operativos. Y eso es lo que se trabaja después en cualquier situación de emergencia que hay que atender.