El Periódico Aragón

El Napoleón del pop

El productor de la primera mitad de los años 60 fallece de covid a los 81 años en la cárcel, condenado por el asesinato de una actriz

- RAMÓN VENDRELL eparagon@elperiodic­o.com BARCELONA UN MALNACIDO

Fue sin duda Phil Spector el personaje más fabuloso que ha dado la música popular moderna, no falta precisamen­te de personajes fabulosos. Tom Wolfe escribió sobre él en 1965 el artículo The first tycoon of teen (El primer magnate de la adolescenc­ia), que también podría haber titulado El Napoleón del pop. No menos de 25 canciones producidas por Spector entraron en el top 40 estadounid­ense entre 1960 y 1965. Tenía 19 años cuando su pieza To know him is to love him, de su grupo los Teddy Bears, alcanzó el número uno de las listas de éxitos americanas en 1958. A partir de ahí la primera mitad de la década de 1960 fue literalmen­te de sus produccion­es, sometidas siempre al muro de sonido que acuñó como divisa. Todo lo que Spector tocaba retumbaba gloriosame­nte y casi todo era oro comercial.

Por si fuera poco, tenía su propio sello discográfi­co, Philles. Amo y señor.

Phil Spector murió miserablem­ente ayer a los 81 años en un hospital penitencia­rio. Cumplía condena por el asesinato de una actriz. Qué habría sido del pop, el blues y el soul, como antes del cine y el cómic, sin los judíos europeos emigrados a Estados Unidos es una pregunta digna de muchas entregas de la serie de Marvel What if… En cualquier caso Spector era judío (su abuelo llegó de Ucrania con el apellido Spekter), del Bronx, Nueva York, para más informació­n. Su padre se suicidó y el epitafio inscrito en su tumba no era otro que To know him is to love him. En efecto, el título de la canción de los Teddy Bears. Para que luego nos vengan con la elevada autoficció­n literaria.

Trasladado a Los Ángeles, el joven Spector inventó el muro de sonido: no solo cascadas orquestale­s, sino también y segurament­e más importante bajos y guitarras doblados, triplicado­s, cuadruplic­ados o lo que hiciera falta para conseguir una masa sónica prácticame­nte comestible. Todo ello a cargo de cracks de estudio. Como la ((

Wrecking Crew se conoce a la formidable colección de músicos anónimos que trabajaron con Spector y muchos otros. Alguna cosa aprendió de ahí Brian Wilson, el cabecilla de los Beach Boys, que también recurrió a la Wrecking Crew y al truco mayor patentado por Spector.

Ben E. King, Curtis Lee, The Paris Sisters, Darlene Love, The Righteous Brothers, The Crystals… Daba igual quién pasara por los Gold Star Studios, a todos aplicaba Spector la misma receta, si acaso cada vez más perfeccion­ada. Hasta que llegaron las Ronettes, con Ronnie al frente, una mujer hermosa y sensual hasta decir basta. De la que Spector se prendó. El matrimonio fue un infierno para ella, una película de tedécada (( rror, aunque sea en una mansión angelina a nadie le gusta que lo encierren, pero el resultado artístico de que Spector se volcara en su amada fueron monumentos como Be my baby o Baby I love you.

Cierto: Spector era un malnacido. Maltrató a Ronnie, patrullaba la noche angelina flanqueado por guardaespa­ldas que le sacaban las castañas del fuego cuando la liaba, esto es, cada dos por tres, y ha muerto en prisión condenado por el asesinato de Lana Clarkson en 2003. En unas de sus pocas palabras que trascendie­ron desde prisión se quejaba de que antes cuando sonaba el teléfono podía ser John Lennon pidiéndole que le produjera un disco, mientras que en el trullo lo máximo que recibía eran cartas de Charles Manson proponiénd­ole que se hiciera cargo de sus canciones. Sirve como final de la etapa dictatoria­l de Spector en el pop la canción (y el álbum) River deep mountain high, de 1966, interpreta­da por Tina Turner. Ahí echó el resto Spector y lo cierto es que es una bomba sónica. Cuenta la leyenda que se rebotó porque la canción no alcanzó el número uno y que, despechado, renunció a regalar al planeta su don. Falso: su tiempo había terminado.

O no del todo. Los Beatles, George Harrison, John Lennon, Leonard Cohen y hasta los Ramones reclamaron sus servicios a lo largo de la de 1970. A unos les sentó mejor que a otros el tratamient­o Spector a sus canciones. Pero conviene repetir quién le llamó: Beatles, Harrison, Lennon, Cohen y Ramones. Cuando supuestame­nte estaba acabado. También le llamó Dion DiMucci, antiguo líder de Dion & The Belmonts en la era del doo wop y uno de los mejores cantantes habidos y por haber. Otro tipo que estaba en la cuneta, Dion, arrollado por los tiempos como una zarigüeya arrollada en la carretera por una camioneta. Juntos hicieron una obra maestra de título Born to be with you (1975), disco enfermizam­ente romántico en el que los dos se dedican a hacer lo que saben hacer: cantar como los ángeles y dar pompa a un silbido.

A las sesiones de grabación de Born to be with you asistió una estrella naciente llamada Bruce Springstee­n. Y se quedó pasmado y se llevó algunos zascas de los dos veteranos. Springstee­n tomó buenísima nota de las técnicas de grabación de Spector (Born to run es una apoteosis spectorian­a) y de la manera de cantar de Dion, que por cierto sigue haciendo discos muy buenos. Muere con Phil Spector un cabronazo, ya lo hemos dicho, pero sobre todo muere una era.

25 canciones producidas por Spector entraron en el top 40 estadounid­ense entre 1960 y 1965

 ?? MICHAEL OCHS ARCHIVES / GETTY ?? John Lennon y Phil Spector durante la grabación de ‘Imagine’.
MICHAEL OCHS ARCHIVES / GETTY John Lennon y Phil Spector durante la grabación de ‘Imagine’.
 ?? MICHAEL OCHS ARCHIVES / GETTY ?? Phil Spector y Ronnie Bennett, en los estudios Gold Star.
MICHAEL OCHS ARCHIVES / GETTY Phil Spector y Ronnie Bennett, en los estudios Gold Star.
 ?? MICHAEL OCHS ARCHIVES / GETTY ?? Spector en el juzgado, en el 2007.
MICHAEL OCHS ARCHIVES / GETTY Spector en el juzgado, en el 2007.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain