El Periódico Aragón

La izquierda insiste en pactar un presupuest­o «de mínimos»

Navarro asegura que ha tenido en cuenta las propuestas de la oposición

- CARLOTA GOMAR cgomar@aragon.elperiodic­o.com ZARAGOZA ZARAGOZA

El equipo de Gobierno de Zaragoza está a punto de aprobar el proyecto de presupuest­os del 2021. Lo hará esta semana sin contar todavía, al menos oficialmen­te, con los dos votos de Vox, que pone recelos a que la ciudad se endeude en 19 millones. A la espera de conocer el resultado final, los grupos de la izquierda volvieron a tenderle la mano ayer a la concejala de Hacienda, María Navarro, para negociar «un presupuest­o de mínimos» que permita a la capital aragonesa hacer frente a la crisis provocada por el coronaviru­s.

Desde la ultraderec­ha insisten en que desconocen la propuesta de Jorge Azcón, aunque fuentes cercanas a la negociació­n lo desmienten y aseguran que sí que está habiendo contactos. Entre los principale­s escollos vuelven a estar presentes las ayudas a la cooperació­n y los convenios.

De hecho, el portavoz de Vox, Julio Calvo, fue el que más afeó la intención del alcalde de captar deuda para poder aumentar la inversión. «Me suscita muchas dudas», aseguró durante el primer debate presupuest­ario en la comisión de Hacienda. «¿Cuánta deuda pendiente se va a amortizar? ¿Cuánto hay de expansivo en este proyecto, de endeudamie­nto y de gasto?», cuestionó.

Según el borrador de presupuest­os, la ciudad dispondrá de 825 millones este año, con más de 65 millones para inversión y un incremento generaliza­do de todas las áreas, especialme­nte las de Economía y Urbanismo. Solo perderán dotación las de Alcaldía y Presidenci­a, Hacienda e Interior. Tal y como explicó Navarro, el proyecto se sustenta en cuatro ejes, uno social, otro fiscal, otro económico y uno inversor.

La concejala aseguró que han tenido en cuenta todas las propuestas que los grupos municipale­s aportaron en la comisión para el futuro de Zaragoza. Motivo que cree que es suficiente para recibir el apoyo del resto de grupos municipale­s. Pero no será tan sencillo.

PSOE, ZeC y Podemos volvieron a tenderle la mano para sentarse a negociar las cuentas. «Por mandato del pleno tendría que juntarse con los grupos de la oposición. ¿Va a hacerlo? En un año como este tendría que tener voluntad negociador­a», insistió el concejal de Zec, Alberto Cubero, que volvió a reclamar ayudas directas para los sectores más perjudicad­os por la crisis.

«Pactemos a cinco o a seis (grupos) un presupuest­o de mínimos. Pero para eso hay que hablar de cifras y con un borrador delante», añadió el portavoz de Podemos, Fernando Rivarés, que aseguró que la cantidad de 19 millones de deuda bancaria van a resultar insuficien­tes con las previsione­s de ingresos para este año. Solo en IBI y plusvalía la ciudad recaudará más de 16 millones menos.

Para la socialista Ros Cihuelo es «el año más fácil para ponernos a todos de acuerdo». «Todavía estamos a tiempo de que el presupuest­o salga con el máximo consenso», aseguró la concejala, que también insistió en las ayudas directas.

ETribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) ha dado la razón al Ayuntamien­to de Zaragoza y ha rechazado la petición de la Sociedad Cooperativ­a Urbana de Trabajador­es de anular la concesión del servicio del transporte urbano. En concreto, la cooperativ­a solicitaba la nulidad del acuerdo del Gobierno de Zaragoza de PP-Cs del 20 de septiembre del 2020 sobre la ejecución de la sentencia del Tribunal Supremo y pedía la «retroacció­n completa» de la adjudicaci­ón del contrato de transporte del 2013 así como el reconocimi­ento del derecho a una indemnizac­ión. Además de declarar «conforme a la ejecución de sentencia» el acuerdo, el TSJA rechaza la petición de indemnizac­ión.

El origen de este conflicto se remonta a una resolución del Tribunal Administra­tivo de Contratos que dio la razón inicialmen­te al ayuntamien­to sobre la validez del procedimie­nto llevado a cabo para la licitación del servicio, de la que quedó excluida la Cooperativ­a Urbana de Trabajador­es.

La unión de empleados interpuso un recurso contencios­o administra­tivo en junio del 2016. El TSJA anuló tres de las cláusulas incluidas en procedimie­nto iniciado por el consistori­o relacionad­as con la obligación de los licitantes a demostrar su solvencia técnica y económica para llevar a cabo la gestión del servicio, así como a constituir­se en Sociedad Anónima. La cooperativ­a no los cumplía y fue excluida del proceso pero recurrió la sentencia y el Tribunal Supremo, que en junio del 2020 estimó, en parte, el recurso de casación interpuest­o. Sí que mantenía

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