El paso de ‘Filomena’ no se nota en la reserva de nieve del Pirineo
La CHE no espera crecidas a corto plazo a pesar de las lluvias recientes recibidas La vigilancia se mantendrá en las cabeceras de los ríos Jalón y Huerva
Cumpliendo los pronósticos, la tormenta de nieve provocada por la borrascas Filomena no ha servido para aumentar las reservas de las cabeceras pirenaicas. Según los datos de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) al comienzo de la semana en las cumbres se contabilizaban 1.026 hectómetros cúbicos de agua equivalente, una cantidad muy alejada de los 1.342 que se encontraban el pasado año y también inferior al promedio de los últimos años, establecido en los 1.042 hectómetros cúbicos.
Con todo, estos datos solo se refieren a las zonas en las que suele nevar de forma habitual, por lo que las precipitaciones en determinadas zonas de las provincias de Zaragoza y Teruel hace que la CHE mantenga la vigilancia por la acumulación de nieve en zonas poco habituadas para evitar que el deshielo se descontrole en algunos cauces. Por eso se está a la espera de la evolución meteorológica por lluvias en la cabecera del Ebro y en las cuencas del Jalón y Huerva sin que se tema por la llegada de crecidas relevantes de caudal, al menos en las próximas horas.
A través del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) la CHE informó de que debido a la fusión parcial de la nieve en algunos cursos fluviales con poca amplitud se observará un aumento de caudal.
La nieve excepcional en cotas medias y bajas que ha caído con Filomena previsiblemente servirá para abastecer los acuíferos. Eso permitirá disponer de más recursos para las épocas de escasez siempre que las lluvias hasta la primavera sean suaves, de forma que se incorporen a los ríos sin generar crecidas. «La pluviometría será la que marque en las próximas semanas el comportamiento de los ríos», insisten. El río Piedra y el río Mesa serán ahora puntos de información y seguimiento debido a esta circunstancia. «Tener nieve es un factor de riesgo», pero para que se produzca una amenaza significativa tendría que llegar una borrasca importante que contribuya al deshielo.
En las cuencas del Tajo y del Duero sí que están en alerta porque las lluvias anunciadas por la Aemet van a tener un volumen considerable. El tramo medio del Ebro con las borrascas previstas para las próximas horas no provoca incertidumbre. En el futuro el cielo dirá.