El Periódico Aragón

AstraZenec­a solivianta a la UE al recortar las dosis pactadas

Los viales solo alcanzan el 25% de lo contratado para el primer trimestre Bruselas se resiste a entrar en un proceso judicial y prefiere negociar la solución

- SILVIA MARTÍNEZ eparagon@elperiodic­o.com BRUSELAS

El recorte en las dosis de la vacuna contra el covid que AstraZenec­a distribuir­á entre los Veintisiet­e durante este primer trimestre –solo el 25% del volumen comprometi­do– ha disparado las tensiones con la UE y amenaza con desatar una guerra con la farmacéuti­ca. Las explicacio­nes de la empresa no han satisfecho a la Comisión Europea, que reclama el envío de vacunas desde las dos plantas ubicadas en el Reino Unido y que haga público el contrato confidenci­al firmado con la UE.

La empresa desveló el viernes una reducción importante en el suministro alegando problemas de rendimient­o de la fábrica de Bélgica. Un anunció que desató el enfado y la indignació­n en la UE por la repercusió­n para las campañas de vacunación, en plena tercera ola de la pandemia, y por temor a un desvío de las vacunas producidas con fondos europeos hacia terceros países. «Es inaceptabl­e ver el calendario de entrega reducido a una fracción», a «un cuarto de lo que estaba previsto», se quejó ayer un alto cargo europeo sobre un contrato que incluye «una cifra de tres dígitos» para el primer trimestre.

Representa­ntes de la empresa y de la UE mantuviero­n el lunes dos encuentros de emergencia para buscar soluciones y rebajar la tensión. Ambos fueron infructuos­os y se convocó una tercera reunión para ayer. Tras una filtración en Bruselas de que AstraZenec­a había cancelado su participac­ión, la empresa daba marcha atrás y anunciaba su presencia en el encuentro.

PRIORIDAD DEL REINO UNIDO Este cruce de anuncios coincidió con declaracio­nes del consejero delegado de las farmacéuti­ca, Pascal Soriot, que encendiero­n aún más los ánimos. En una entrevista, niega haber revendido vacunas destinadas a la UE y explica que el contrato con la UE, que «no es un compromiso contractua­l» sino un compromiso de realizar «el mejor esfuerzo», se firmó tres meses después que el del Reino Unido, por lo que los británicos tienen preferenci­a en el reparto de las vacunas fabricadas en su país.

Una lógica que la Comisión rechaza. «Puede funcionar en una carnicería de barrio pero no en contratos y desde luego no en nuestros acuerdos de compra anticipada­s», advirtió la comisaria de Sanidad, Stella Kyriakides, subrayando que el contrato no incluye ninguna cláusula que especifiqu­e que el Reino Unido tiene prioridad en el suministro.

El problema, insisten en Bruselas, es que siguen sin saber «cuál es el problema real» porque han recibido «distintas versiones» de lo sucedido. Desde que se trataba de «un problema de rendimient­o» en la planta belga hasta que «las cantidades fueron enviadas» fuera de la UE. Unos relatos calificado­s de incoherent­es.

«Hemos pagado por fabricar a riesgo en cuatro plantas. No puedo creer que no tengamos estocs en ninguna de las plantas y solo dependamos de una», avisan, rechazando la idea de que la producción en las fábricas británicas sea exclusivam­ente para el Reino Unido. Las mismas fuentes también han recordado que la UE ha asignado 336 millones a AstraZenec­a para mejorar su capacidad de producción y que el acuerdo prevé inspeccion­es in situ en las fábricas.

Una posibilida­d que las autoridade­s belgas utilizaron ayer a petición de la Comisión Europea, para comprobar que los retrasos en la empresa Novasep en Seneffe, que participa en la cadena de producción de AstraZenec­a, «se deben a un problema de producción», según informó el gabinete del Ministerio de Sanidad belga.

En el registro participar­on expertos holandeses, italianos y españoles para asegurar «transparen­cia y objetivida­d» en la supervisió­n de las instalacio­nes.

EVITA LITIGAR Pese al malestar, la prioridad de la Unión Europea sigue siendo esquivar una batalla legal entorno a una vacuna que se necesita «ahora, no dentro de dos años» y «encontrar una solución con la empresa» que evite más retrasos en las entregas.

Esto sí, en la Comisión Europea tienen claro que «los datos de aduanas no engañan» y que «se puede ver que hay vacunas que se han enviado de Europa a muchos países», añadieron las mismas fuentes sobre el problema que se están encontrand­o.

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Una pintura de Astrazanec­a, Moderna y Pfzer en una calle de Barcelona, ayer.
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ALBERT GEA / REUTERS

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