El Supremo rehúsa imputar a Iglesias por el ‘caso Dina’
El tribunal devuelve la causa a la Audiencia Nacional para que decida
El Tribunal Supremo ha archivado la causa contra el vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias por el denominado caso Dina y ha acordado la devolución al juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón, que será quien agote la investigación y decida si procede remitir una nueva exposición razonada contra el aforado.
El juez que investiga el caso Villarejo en la Audiencia pidió al Supremo imputar a Iglesias por los delitos de daños informáticos, revelación de secretos y acusación y denuncia falsa en relación al presunto robo del móvil de su exasesora Dina Bousselham en el año 2015.
En línea con el criterio del fiscal, el Supremo considera que al juez aún le quedan diligencias por practicar, como escuchar a la propia Bousselham para saber si denuncia los hechos relacionados con la revelación de secretos; por eso, acuerda archivar la causa y devolverla a la Audiencia.
Para el tribunal, es inexcusable oír a Bousselham acerca de si «efectivamente denuncia» el hecho de que Pablo Iglesias examinara el 20 de enero del 2016 el contenido de la tarjeta y posteriormente se la guardara; o si es que, por el contrario, el líder de Podemos contaba con su autorización para ello. O, en un tercer escenario, «si no mediaba tal autorización, si manifiesta ahora que acepta que aquél hubiera entrado en conocimiento de todos los documentos contenidos en la tarjeta de su titularidad».
En cuanto al delito de daños informáticos en relación con la tarjeta del móvil, el auto considera necesario también que Bousselham sea oída por el juez para que aclare si tuvo acceso al contenido cuando se la entregó Iglesias, ya que ha dado diferentes versiones al respecto. Además, propone una ampliación de la pericial informática para averiguar porqué no se puede acceder a su contenido.
Respecto al delito de acusación y denuncia falsa, el auto recuerda que el juez instructor parte de que Bousselham mintió al ser consciente de que las capturas de pantalla publicadas por Okdiario eran las que ella había enviado a otras personas y que Iglesias lo sabía.