Azcón deja 53 millones sin ejecutar en el 2020
De los 42 millones en inversiones, han quedado pendientes 14
XXL no va en números romanos sino en talla inglesa. Viene al pelo para explicar la dimensión que tuvo ayer la jornada en el salón de plenos del Ayuntamiento de Zaragoza. Extra extra grande, efectivamente. Larga como no se recordaba en los últimos años. Empezó con el pleno ordinario a las 9 de la mañana y se fue hasta más allá de las 8 y 20 de la tarde. La razón fue el pleno extra, extraordinario para el caso, que solicitó el PSOE el 13 de enero al entender que ya iba siendo hora de que el Gobierno PP-Cs diese alguna pista sobre el proyecto de presupuestos del 2021. Esta segunda función arrancó a las 6 menos 20 y se movió en bucle al ritmo que le iban dando las seis piezas del juego. Asunto inútil fue. Unos dicen que para qué lo pidieron los socialistas. Estos replicaron que la horita la puso Azcón, que bien podía haber elegido otro día. El pasado martes, por ejemplo, cuando se celebró una sesión de proposiciones de Alcaldía «que duró 1 minuto y 45 segundos», según recordó Lola Ranera, líder de la oposición.
Fuera como fuese, las seis propuestas que se quedaron en cinco supusieron un ejercicio de futilidad, una intrascendencia que la izquierda utilizó para demostrar que el equipo de Gobierno tiene decidido su proyecto, que Vox votará a su lado para darle la mayoría otra vez, que no va a haber negociación que valga por mucho que al alcalde en su día se le escapase que contarían con todos para la elaboración del borrador. «Al menos esta convocatoria ha valido de algo: ya tenemos presupuestos», redujo la portavoz socialista antes de empezar a hablar de remanentes, de ayudas directas, de microcréditos, del IBI... del pan nuestro de cada día desde hace meses.
«Me he traído la cena y el señor Mendoza nos ha hecho salvoconductos». La primera intervención de Alberto Cubero, de ZeC, anunció los derroteros por los que iba a transcurrir una sesión necesaria «porque es la única manera de hablar con ustedes sobre los presupuestos». «¿Nos van a juntar», le requirió a María Navarro, concejala de Hacienda. La citada la devolvió alegando que lo hará cuando enfrente le presenten «enmiendas con sentido común y no paripés». Por ahí fue la cosa.
«¿Nos dejan poner la música de Misión imposible?», dijo la socialista
De vuelta
- Ros Cihuelo, consciente como todos de que el resultado de todas las proposiciones iba a ser exacto: 15-16. A favor los de la izquierda, que perdieron una ronda detrás de otra ante el Gobierno y los dos votos de Vox. Tras caer la tercera, Azcón pidió un poco de orden al entender que en los turnos se hablaba «más de formas que de fondo». De cosas personales, quería decir. Lo parecía, desde luego. Era un estar por estar que acabó en cachondeo después de que Cihuelo, en un encontronazo con el ciudadano Víctor Serrano, concejal de Urbanismo, se acordase «de Riverita (Albert Rivera) que se fue al monte sin merienda», tras lo que Cubero, abundando en el choteo, pidió en broma doble turno para cedérselo a la concejala socialista que presentaba las mociones.
A todo esto, Fernando Rivarés, portavoz de Podemos, fue advirtiendo desde el inicio de que en la sesión iban a ir dando vueltas «como una peonza» para no avanzar ni un milímetro. Al final, y efectivamente después de rizar mil veces los tirabuzones sin nada que llevarse al morral, en tono más serio habló del «lamentable espectáculo que estamos dando aquí y del que los zaragozanos deberían sentir vergüenza». Nadie le rebatió.
El equipo de Gobierno de PP-Cs en el Ayuntamiento de Zaragoza dejó sin gastar el año pasado 53,4 millones de los 856,3 presupuestados a principios de año. De este total, 14,8 (un 28%) corresponden a inversiones que no han llegado a realizarse por las dificultades generadas por la pandemia y que tendrán que esperar para poder ver la luz. Y eso que ya se partía de una exigua partida de 42,6 millones, una de las más bajas de la última década.
Según el informe de ejecución de gasto del 2020, el equipo que dirige Jorge Azcón ha ejecutado en un año marcado por la crisis del coronavirus el 93,75% de su presupuesto. De la parte restante, la no ejecutada, 11,9 corresponden al capítulo de Personal. Una cifra elevada respecto a otros años (en el 2019 sobraron 162.699,5 euros) que responde a las dificultades para reponer las plazas libres o vacantes, las modificaciones de RPT (Relación de Puestos de Trabajo) o la disminución de los gastos derivados de pagos a la seguridad social.
En plena pandemia, las transferencias corrientes, es decir, las subvenciones, han terminado con un remanente de 3,2 millones, la mayoría por las ayudas para el pago de los alquileres, la electricidad, el gas o similares que no se han tramitado este año. En cuanto al fondo de contingencia, que la oposición ha pedido en más de una ocasión que se utilizase para ayudas directas a los sectores más perjudicados por el covid, se han dejado sin ejecutar 1,3 millones.
Por último, este año se han ingresado siete millones menos que el año pasado, principalmente por las bonificaciones de las tasas aprobada por la crisis. consiga, haremos todo posible», dijo el primer edil después de que los grupos versaran sobre las capacidades extraordinarias que tiene la ciudad para acoger una instalación de este tipo: un campo de maniobras, un aeropuerto militar, plataformas logísticas, excelentes comunicaciones...
La posibilidad, adelantada días atrás por EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, esconde la duda de algunos grupos de haber llegado «tarde a la carrera», de este plan que crearía entre 1.600 y 2.000 empleos. Después de que Amparo Bella, de Podemos, y Pedro Santisteve, portavoz de ZeC, se preguntaran para qué necesita Zaragoza un proyecto así en este crítico momento, la concejala de Hacienda, María Navarro, confirmó las conversaciones con el Gobierno de Aragón y el Ministerio de Defensa. «¿Pero quién se puede oponer a una inversión de más de 300 millones», explicó antes de que García Vinuesa, del PSOE, rematara incidiendo en que Zaragoza «cumple sin duda» con los requisitos aunque no «sé si vamos tarde en comparación con otras ciudades».