Mil raciones de roscón endulzan los comedores sociales
EL PERIÓDICO reparte más de 60 postres artesanos en una decena de centros La Hermandad del Refugio ha disparado la estancia media, de 10 a 70 días
demostrado indispensables para ser un hogar cuando nadie podía estar en la calle y acoger a aquellos a los que la pandemia les quitó el trabajo y el sustento.
El alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, el concejal de Acción Social, Ángel Lorén, acompañados por el director de EL PERIÓDICO, Nicolás Espada, y el gerente del diario, Jesús Javier Prado, fueron recibidos por los responsables de la Hermandad del Refugio, el hermano mayor, Santiago Sánchez, y el gerente, Ernesto Millán.
La histórica institución zaragozana --con 378 años de trayectoria-se ha tenido que transformar durante la pandemia, adaptando sus normas, «para no dejar a nadie fuera» en una época tan dura, explica su gerente, Ernesto Millán. En la actualidad, la Hermandad del Refugio cuenta con 53 usuarios, 47 hombres y 5 mujeres, además de continuar con sus servicios de reparto de alimentos y el programa La Gota de Leche para bebés.
Si antes el tiempo de estancia máxima eran 28 días, ahora no hay límite, y la estancia media se ha ampliado hasta los 70 días. «Antes de la pandemia, la estancia media no superaba los 10 u 11 días, pero ahora no podemos decirle a nadie que se vaya a no ser que así lo quiera», afirma Millán. Las restricciones de aforo obligan a reducir al 50% su capacidad pero, aun así, aseguran, «nadie se ha quedado fuera».
El alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, destacó que la pandemia ha servido de «empujón» para sacar del sinhogarismo a más personas que en momentos anteriores. «Siempre hay gente que por múltiples cuestiones no quiere acceder a este tipo de servicios, pero el objetivo es que nadie que no quiera vivir en la calle lo haga», reflexionó. Un ejemplo de servicios que se suman es la disposición de 28 nuevas viviendas en las que conviven 37 personas que antes lo hacían en la calle. El responsable de Acción Social subrayó la importancia de «crear sinergias» entre los distintos recursos disponibles, públicos y privados, para atender a quien lo necesite. «El censo de personas sin hogar que maneja Cruz Roja se ha reducido considerablemente», indicó.
En la Hermandad del Refugio, aunque continúan los horarios fijos y las normas, como la prohibición de consumir drogas o alcohol, otras se han tenido que adaptar. «El 5 de marzo tomamos la decisión de pedirles a nuestros voluntarios que dejaran de venir al refugio, para cuidar a los que nos ayudan a ayudar», cuenta Millán. Casi 300 personas, en su mayoría jubilados, cuya labor inestimable cubren entre trabajadores y usuarios. «Ha sido un año muy duro. Hemos creado una zona burbuja solo para los usuarios, con dos patios y salas de estar. Tenemos la fortuna de poder decir que no hemos tenido ningún contagio de coronavirus», afirma Millán. El reto para hacer frente a la pandemia y la vulnerabilidad, continúa.