A las puertas de la final
Dinamarca supera a España en la semifinal y la selección jugará mañana por el bronce con Francia
La selección española de balonmano tendrá que conformarse con pelear por la medalla de bronce en el Mundial de Egipto, tras caer por 33-35 ante Dinamarca, en un encuentro de semifinales en el que los Hispanos nunca encontraron la manera de contener en defensa al conjunto nórdico. Una circunstancia que no impidió al equipo español llegar al último minuto de juego con la posibilidad de forzar la prórroga, pero el lanzamiento del pivote Rubén Marchán, la fórmula que encontraron los de Jordi Ribera para paliar sus problemas defensivos, botó fuera de la línea tras tocar en el larguero.
Triste final para una selección española que ayer nunca encontró la forma de contrarrestar la diferentes variantes tácticas que desplegó el conjunto danés, especialmente cuando apostó por atacar con siete jugadores de campo. Una fórmula que Dinamarca acostumbra a usar de manera habitual pero por la que nunca, como ocurrió en la semifinal, desde el primer segundo del partido.
Una arriesgada apuesta que no pudo salir mejor al conjunto escandinavo, que solventó sus primeros ocho ataques con gol. Sin el respaldo de su defensa, el conjunto español se vio exigido al máximo en cada uno de sus ataques, una circunstancia que si bien de partida solventó con los latigazos de Alex Dujshebaev, no tardó en costar caro al equipo español.
La selección fue siempre a remolque, sin respaldo de su defensa ni de su portería. Solo el juego con el pivote y la actuación de los hermanos Dujshebaev mantuvo a España en el partido. Los Hispanos lo intentaron, eso sí. Siempre a remolque, no dejaron de buscar la rendija por la que volver al partido hasta el último segundo, pero atrás no encontraron la continuidad necesaria y los errores propios evitaron que la selección pudiera recortar la distancia en varias ocasiones e, incluso, lograr el empate ya en el tramo final.
Dinamarca estuvo mucho más sólida y fluida en ataque y este domingo defenderá su corona ante Suecia, que se mostró muy superior a Francia en la otra semifinal (32-26). España peleará por el tercer cajón del podio frente al conjunto galo, mañana a partir de las 14.30 horas.
El español Rafael Nadal estrenó su temporada tenística con una victoria sobre Dominic Thiem por 7-5 y 6-4 en un partido de exhibición disputado en el Memorial Drive Tennis Club de Adelaida, ciudad en la que ambos han cumplido su cuarentena previa a la Copa ATP y al Abierto de Australia.
El español, número dos mundial, y el austríaco, número tres, estuvieron sobre la pista una hora y 23 minutos en la que se mostraron en buen estado de forma y cometieron las imprecisiones propias de un comienzo de temporada tan atípico como el de este 2021.
El partido, de carácter benéfico, se jugó con las gradas repletas de espectadores, que ni llevaban mascarilla ni guardaban ninguna distancia de seguridad. Los dos jugadores sí saltaron a la pista con cubrebocas, que se quitaron al llegar a su silla. La cancha estaba techada, pero abierta por los laterales. «Es un enorme placer volver a jugar ante el público», afirmó el balear, que admitió que «el último año ha sido muy duro, el virus nos ha golpeado fuerte a todos, pero Australia nos está dando un ejemplo de cómo hacer las cosas».
Nadal participará con España en la Copa ATP del 2 al 6 de febrero, y luego en el Abierto de Australia, del 8 al 21.
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