La ciudad multa ya con 100 € por no limpiar los orines de las mascotas
Castigará también no portar la botella en la mano y va a repartir varias para concienciar
Los propietarios de mascotas en Huesca tienen desde ayer la obligación de limpiar los orines de sus animales, coincidiendo con la entrada en vigor de la modificación de la Ordenanza de Seguridad y Convivencia del ayuntamiento oscense. Para ello, los dueños de animales tienen que diluirlos con agua limpia o con agua con vinagre cuando estos puedan afectar al mobiliario urbano, a edificaciones, a aceras o a cualquier otro elemento de la vía pública. Y, según la norma, se exponen a multas de cien euros si la incumplen.
Así lo apunta la modificación de una ordenanza que, según el responsable municipal del área de Medio Ambiente en el consistorio oscense, Roberto Cacho, busca que esta práctica se normalice con el paso de los días, al igual que ha ocurrido con otras. «Cuando se obligó a recoger los excrementos de los animales en la calle se generó cierta controversia y, hoy en día, a casi nadie se le ocurriría no hacerlo» . «Esperamos que con los orines ocurra lo mismo, el objetivo es que se acabe normalizando con el paso del tiempo».
Por otra parte, Cacho informó de que el ayuntamiento va a iniciar una campaña de concienciación ciudadana en la ciudad y que una de las medidas que se contemplan va a ser el reparto de botellas, en las que los propietarios de mascotas deberán llevar el líquido para limpiar los orines. Lo que se busca desde el consistorio es la implicación de los vecinos y el cumplimiento de la normativa, con lo que desde el equipo de gobierno aseguran estar dispuestos a «salir a la calle» y con iniciativas como esta «se informará de la novedad» y, con estos recipientes, puedan «servir de ejemplo de uso».
La modificación de la ordenanza también recoge que queda prohibido orinar sobre los árboles, plantas, zonas de césped, ena tradas a viviendas o locales, escaleras, mobiliario urbano e instalaciones verticales, farolas, semáforos, papeleras o señales de tráfico, entre otros.
El incumplimiento de la modificación de la ordenanza conllevará sanciones, a pesar de que Cacho insistió en que «el objetivo no es ir a la sanción». Lo que se persigue es «por ejemplo tratar de acabar con imágenes de esquinas de edificios donde se acumulan orines de mascotas» que, algunos lugares de la capital altoaragonesa «proliferan, como es el caso del casco antiguo». En cualquier caso, dejó claro que «la sanción es lo más suave que permite la legislación».
Además, el concejal recordó que, se mantiene la obligatoriedad de recoger y limpiar los excrementos de los animales y que, aunque el acceso de los perros a los parques está permitido, tienen que ir siempre bajo control, con collar, sujetos mediante correa, excepto en las zonas acotadas, y con bozal en caso de ser necesario.
Además, tienen que ir por los viales, su acceso al césped, a los macizos ajardinados, a los estanques y a las fuentes está prohibido. La presencia de animales de compañía en zonas ajardinadas causando daños a las plantas será considerada como una infracción grave para el consistorio.