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La empresa la mejora hasta los 2.729 millones para afrontar la pandemia gracias a la confianza bancaria, en mejor posición que en el 2008
«He vivido en muchos países y puedo decir que la institución que más une a España es El Corte Inglés: todas las ciudades quieren tener uno», bromeaba un embajador en los 90. Ese supuesto papel cohesionador, sin embargo, se vio amenazado durante la Gran Recesión de 20082013, cuando el mayor grupo de grandes almacenes europeo y cuarto del mundo, fundado en 1940, se acercó al borde del abismo financiero. La crisis del coronavirus ha frenado en seco el sólido saneamiento de su balance que comenzó en el 2014. Pero aunque la compañía se enfrenta a incertidumbres y retos estructurales, ha respondido con agilidad a los primeros impactos, según diversas fuentes financieras.
En la anterior crisis, la compañía sufrió un desplome de la facturación y llegó a endeudarse en 4.954 millones en el 2014, pero con renegociaciones, préstamos, venta de activos y mejora de resultados, la redujo a 2.729 millones . Pero, como a miles de empresas, el coronavirus le ha obligado a volver a endeudarse.
El grupo acordó en febrero la refinanciación de su deuda con 24 entidades por hasta 2.000 millones. En abril, pactó otra línea de crédito de 1.314 millones con 15 entidades, de los que 974 millones se convirtieron en un crédito con aval público del ICO semanas después. En septiembre realizó una emisión de bonos de 600 millones, en parte adquiridos por el Banco Central Europeo (BCE), y alcanzó un acuerdo con el ICO que le permite emitir hasta 1.200 millones en pagarés.
Como consecuencia, su liquidez aumentó un 114% desde febrero, a los 2.783 millones en septiembre, a costa de que su deuda bruta subiera un 32%, a 4.551 millones. «Su nivel de deuda es muy balanceado y prudente. No los va a necesitar, pero tiene activos inmobiliarios por valor de 16.457 millones. Si este año va muy bien, podría reducir deuda. Y si no, no la reducirá pero tampoco necesitará más», apuntan fuentes financieras.
Ventas
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Las grandes agencias de calificación (Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch) mantienen al grupo en el primer escalón de los bonos basura por su mayor riesgo de impago, pero también han valorado su liquidez, para la cual contará con un fuerte incremento de las ventas este año (hasta el 30%), si bien el nivel precovid no se recuperará hasta el 2023. El grupo tiene que solucionar debilidades en rentabilidad y deuda, pero gana confianza a medio plazo.