La ley de segunda oportunidad emerge como alternativa
La ley de la segunda oportunidad, que aún sigue siendo algo desconocida, puede cobrar fuerza en esta reestructuración. Esta mecanismo, en vigor desde el 2015, permite que particulares y autónomos con una situación financiera crítica puedan quedar exonerados de todas sus deudas si cumplen una serie de requisitos y se demuestra que han actuado de buena fe. «Cada vez hay más expedientes de este tipo pero se utiliza poco para el sobrendeudamiento que hay en la sociedad», explica el experto concursal Carlos Terreu. Esta herramienta, añade, puede ser «muy interesante y recomendable para un empresario individual con problemas financieros por el covid».
Para frenar la sangría de quiebras, Terreu reclama más medidas de apoyo a los sectores y empresas que son realmente víctimas de la pandemia, pero no a través de préstamos sino con ayudas directas en línea como «lo que se está haciendo en Europa». «Nuestras cuentas públicas no permiten muchas alegrías, pero si no se hace esto, va a ser difícil parar el golpe. Y tiene que hacerse pronto: lo que no sobreviva hasta el verano, difícilmente se salvará», sostiene.
«Las empresas aragonesas que tenían una estructura saneada o un endeudamiento controlado antes de la crisis covid, tienen pulmón para seguir aguantando pérdidas», argumenta. A ello ayudan además los famosos créditos ICO que han regado de financiación a muchos negocios, cuya plazos de devolución se ha ido flexibilizando (hasta ocho años para su devolución).
Las sensaciones son muy parecidas desde el ámbito legal. «El sentir general de la profesión es que va a haber mucho concurso y de empresa pequeña», señala Alfredo Sánchez-Rubio, vicedecano del Colegio de Abogados de Zaragoza y especialista en materia mercantil o concursal.
La avalancha de concursos que se espera podría colapsar los juzgados teniendo en cuenta la elevada carga de trabajo de estos procesos. En Zaragoza solo hay dos mercantiles, que son los encargados de despachar estos casos.