10.200 aragoneses al mes, de baja por covid
El 75% de las incapacidades temporales son de aislados y el 25%, de personas contagiadas Es la cuarta comunidad del país con más certificados médicos por esta enfermedad
La pandemia está siendo un mundo aparte también en el mundo laboral. Al margen del aluvión de ertes y de la destrucción de empleo que ha provocado, se cuentan por miles los trabajadores que a diario no acuden a su puesto por haberse contagiado o estar en cuarentena como medida preventiva. Los datos de la Seguridad reflejan el enorme impacto que esto está teniendo. Desde que se decretó el primer estado de alarma, el pasado 14 de marzo, y hasta noviembre (últimos datos disponibles), más de 10.000 trabajadores de la comunidad han pedido cada mes la baja por culpa del coronavirus y se han ausentado una media de casi 15 días.
En concreto, en los nueve primeros meses de crisis sanitaria un total de 92.527 autónomos y asalariados de Aragón se vieron obligados a solicitar una baja médica y no ir a trabajar por esta causa de incapacidad temporal. Dicho de otra manera: una media de 10.280 al mes, 2.500 a la semana o 354 al día. Los expedientes vinculados al virus superan los 2,2 millones en toda España.
La mayoría de estas bajas no son por contagios. Las estimaciones del Ministerio de Inclusión y Seguridad Social apuntan a que solo el 25% corresponden con casos de covid confirmados con prueba diagnóstica, mientras el 75% son aislamientos con baja médica, ya sea por ser contactos de un infectado o estar enfermos pero no haberse hecho la PCR. Con los datos de Aragón, serían 23.000 bajas por contagio y 69.000 por cuarentenas preventivas.
La magnitud de las cifras se refleja en que el 16% de los 557.291 trabajadores protegidos por la Seguridad Social en la comunidad autónoma ha visto afectada su jornada laboral por el covid en algún momento de los nueve meses que abarca la serie estadística. Esto supone que casi uno de cada cinco profesionales han estado ya de baja por el virus cuando ni siquiera ha transcurrido un año desde el inicio de la pandemia. No obstante, es un dato aproximado porque un afiliado ha podido estar inmerso en varios procesos.
La estadística revela que Aragón ha sido uno de los territorios más golpeados. La incidencia de la incapacidad temporal asociada a esta enfermedad es la cuarta más alta del país, con 18,51 trabajadores de baja al mes por cada mil protegidos, por detrás de La Rioja (18,89), Navarra (22,36) y País Vasco (21,13).
SOBRECARGA BUROCRÁTICA // Las implicaciones de este abultado volumen de bajas pueden verse desde distintos puntos de vista. En los centros de salud se ha traducido en un notable incremento de la carga de trabajo. «Se están dando situaciones muy diversas que a veces generan conflictos y dilemas en los que nos sabemos bien cómo actuar», explica Luis Miguel García Paricio, presidente de la Sociedad Aragonesa de Medicina de Familia y Comunitaria (SAMFyC). Como ejemplo de ello, señala los padres que piden la baja porque su hijo está en cuarentena por contacto estrecho, pero «no hay una contemplación legal para el cuidado de niños». La parte positiva de todo esto es que con el covid «se ha destapado el complejo mundo de las bajas» y la necesidad de reducir la carga burocrática que conllevan estos procesos. «Se han dado avances pero queda mucho por hacer», señala.
La saturación de los servicios sanitarios también afecta a los médicos inspectores de la Seguridad Social. «La pandemia ha venido a colapsar el ya de por si saturado sistema y ha demostrado que la dotación de las unidades médicas es insuficiente en la mayoría de las provincias», afirma María Victoria Garrido Manzano, presidenta de Apromess, la asociación que representa a este colectivo profesional. «Se nos hace complicado atender el volumen de procesos que llegan a nuestras consultas y resolver de forma ágil», explica.
Las empresas, por su parte, tiene que capear con este elevado absentismo, pese a que no haya habido una elevada incidencia de contagios en los centros de trabajo. «Gestionar las bajas por covid y reorganizar el trabajo es otra complicación añadida a la gestión de los recursos humanos y de las empresas en sí, sumada a la complejísima si