Cae una banda de ladrones que venía a robar desde Barcelona
Los detenidos, tres mujeres y un hombre, inutilizaban las alarmas de los artículos Se alojaban en un piso turístico, daban varios golpes y regresaban a su base
Agentes de la Brigada Regional de Policía Judicial detuvieron el pasado jueves 4 de febrero en Zaragoza a cuatro personas, residentes en Barcelona, como presuntas autoras de varios delitos de hurto. Los hechos que se les imputan tuvieron lugar los días 28 y 30 de enero, cuando estos sospechosos se encontraban en la capital aragonesa, a la que habían venido con el único objetivo de sustraer efectos. Actuaron en al menos dos establecimientos de la ciudad.
El primero de los robos se produjo en un frecuentado establecimiento comercial del centro de la capital donde la banda, perfectamente organizada, dado que cada uno de sus miembros tenía su propio papel, sustrajo dos bolsos cuyo valor ascendía a más de 600 euros.
Dos días después, en el mismo centro comercial pero en su sede del Actur, se produjo la sustracción de dos teléfonos móviles mediante la misma técnica, según descubrió después la Policía. En esta ocasión se valoraron en más de 2.500 euros los efectos sustraídos.
En ambas ocasiones la banda actuaba al completo y seguían unas pautas similares. Primero elegían qué iba a robar y lo escondían en la propia tienda. Luego, con el uso de un moderno mecanismo para inhabilitar las alarmas, salían con el género por la puerta sin levantar sospechas.
El grupo, compuesto por tres mujeres y un hombre, ya había sido identificado después de los hechos, si bien no habían sido localizados en la ciudad.
El pasado jueves, se tuvo conocimiento de que estas personas se encontraban hospedadas en un apartamento turístico del centro de la capital, por lo que de inmediato se estableció un dispositivo de vigilancia en las inmediaciones con el fin de su localización y detención.
Tres de los integrantes, T. C .J., C. A. S. S. y E .A. S. G., de 28, 26 y 41 años respectivamente, fueron observados en un vehículo cuando se disponían a entrar en el apartamento.
Simultáneamente, una llamada a la sala del 091 alertó de la sustracción de dos teléfonos móviles a dos personas en el interior de un establecimiento comercial del centro de la ciudad, motivo por el cual una joven de 21 años había sido retenida por el vigilante.
Una vez que los agentes de la Policía Nacional se personaron en el local, pudieron comprobar que se trataba de D. A. E. C., la cuarta integrante de la banda, por lo que fue detenida. Entre las pertenencias de los detenidos había gran cantidad de dinero en efectivo, teléfonos móviles, alicates y diversa documentación.
Los cuatro detenidos cuentan con antecedentes policiales por hechos similares. Todos ellos fueron puestos a disposición de la autoridad judicial el sábado y tras prestar declaración, el juez de guardia ordenó su puesta en libertad.
Muy posiblemente, el botín intervenido a los delincuentes hubiera acabado en manos de receptadores (personas que trafican con material procedente de robos) en la capital catalana, para darles salida, a un precio menos elevado, en determinados negocios, en algunos casos locutorios, según se ha averiguado en el curso de alguna investigación.
Fuentes policiales señalaron que, al rastrear los objetos robados, se comprueba que rara vez tienen salida en la propia capital aragonesa.
En cuanto a los delincuentes, el hecho de que se desplacen a Zaragoza puede deberse a que consideren, erróneamente, que la principal ciudad de la comunidad aragonesa está menos vigilada que Barcelona.
Un dato es cierto: en Zaragoza el índice de criminalidad es mucho más bajo que el de la Ciudad
Condal, por lo que las bandas organizadas pueden llegar a pensar que tienen aquí un campo relativamente más libre por el hecho de que los robos son menos habituales.
Es una suposición falsa, pues los mecanismos de control, sea mediante cámaras, alarmas colocadas en los artículos más caros y vigilantes, están muy extendidos desde hace años y se emplean a menudo de forma simultánea y en contacto con los cuerpos policiales.
Otra cuestión es la presión criminal en la segunda ciudad de España, donde las bandas organizadas están inmersas en una especie de competición para controlar los territorios de sus ilícitas actividades, lo que puede influir en que algunas de ellas realicen incursiones en otras partes del país. Eso ofrece la ventaja de que, si la operación tiene éxito, la labor policial resulta más ardua por el cambio de ciudad. de 45 fallecidos en desplazamientos interurbanos, de los cuales 5 fueron ocupantes de camión, lo que supone un 11% del total de personas fallecidas en este tipo de vías.
En el 2019, se registraron 57 fallecidos en vías interurbanas, de los cuales 8 fueron ocupantes de camiones de más de 3.500 kilos (4 en Huesca, 2 en Teruel y 2 en Zaragoza). Además, y también en vías interurbanas, se registraron 8 heridos hospitalizados entre ocupantes de camiones de más de 3.500 kilos (3 en Huesca, 4 en Teruel y uno en Zaragoza) y un ocupante de un camión de hasta de 3.500 kilos (en Zaragoza).
En total, en vías interurbanas se registraron en el 2019 un total de 1.035 accidentes con víctimas (594 en Zaragoza) y en 94 de ellos se vieron implicados camiones de más de 3.500 kilos (25 en Huesca, 12 en Teruel y 57 en Zaragoza).