Bruselas ve imposible el perdón del dinero por la crisis
Lagarde apuesta por desembolsar los fondos de la UE rápido
La cancelación de la deuda de los Estados miembros en manos del Banco Central Europeo (BCE) vinculada a la crisis del coronavirus, tal y como han reclamado un centenar de economistas en un manifiesto liderado por Thomas Piketty y suscrito por una veintena de economistas españoles, no es posible porque va contra las reglas de la UE. La Comisión Europea zanjó así el debate ayer recordando «que el artículo 123 del Tratado lo prohíbe», explicó la portavoz Marta Wieczorek recordando las palabras pronunciadas el fin de semana por la presidenta del instituto monetario europeo, Christine Lagarde, que ya desestimó la idea calificando la condonación de «inconcebible».
Precisamente, Lagarde eludió pronunciarse de nuevo sobre esta polémica durante el debate sobre el informe anual del BCE celebrado ayer en la Eurocámara, aunque fueron varios los eurodiputados que apoyaron la idea como el griego de Syriza, Dimitrios Papadimoulis, que reclamó «la condonación de toda la deuda provocada por la pandemia». Frente a esta reivindicación, la presidenta del BCE defendió el desembolso rápido de los fondos del plan de recuperación porque si se aplica como está planeado «podría ayudar a impulsar el crecimiento económico desde este año».
También avisó de que es «esencial» que los fondos de Next Generation EU (el plan de recuperación) «se desembolsen con rapidez y se utilicen para apoyar reformas y proyectos de inversión que refuercen el crecimiento» y que los países de la Eurozona sigan apostando por políticas de estímulo presupuestario. Aunque el inicio de las campañas de vacunación ofrece una «luz al final del túnel», Lagarde recordó que el aumento de los contagios, las mutaciones del virus y las estrictas medidas de confinamiento son un riesgo significativo para la economía. «La producción sigue a niveles muy por debajo de los previos a la pandemia y la incertidumbre sobre cómo evolucionará el coronavirus sigue siendo grande», avisó. Considera «esencial» mantener una política económica acomodaticia.