Confirmada la prisión permanente revisable para el asesino de Naiara
El Tribunal Superior de Justicia de Aragón ratifica la sentencia de la Audiencia de Huesca La abuelastra y el padrastro son condenados a dos años de cárcel
El Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA ha confirmado la prisión permanente revisable para Iván Pardo, el asesino de la pequeña Naiara, quien murió tras ser salvajemente torturada en el 2017, en la localidad de Sabiñánigo, perteneciente a la comarca oscense del Alto Gállego. También ha sido ratificada la condena de dos años de prisión para el padrastro y abuelastra de la menor, Carlos Pardo y Nieves Pena, por no sólo consentir los castigos que le eran infligidos, sino que los alentaban. Estiman los magistrados que las penas impuestas a los tres acusados están «suficientemente justificadas» por su comportamiento doloso. El Alto tribunal aragonés ratifica «en todos sus extremos» la sentencia dictada el pasado 6 de octubre por la Audiencia Provincial de Huesca tras la celebración de un juicio con jurado. Asimismo, rechaza la apelación del abogado del padre biológico de la niña, que reclamaba elevar las condenas por el delito de malos tratos.
Iván Pardo, autor confeso del sádico crimen por no hacer los deberes, fue el primer condenado en Aragón a la máxima pena, la prisión permanente revisable. Los malos tratos se produjeron durante el tiempo que Naiara, de 8 años, estuvo en el domicilio de Iván Pardo hasta el 6 de julio este, con la finalidad de corregir la educación de la niña, «le obligaron a permanecer de rodillas sobre ortigas, grava, granos de arroz o sal gruesa», que golpearon en brazos, piernas, espalda y cabeza y que le «privaron de sueño para hacer los deberes y estudiar». Pero eso no debió parecer maltrato suficiente, ya que «la humillaron colocándole una diadema con orejas de burro sobre la cabeza y le colocaron pañales a la vez que le grababan con móviles y lo transmitían a otros miembros de la familia». Llegó el día 6, convirtiéndose en una pesadilla. El tribunal popular consideró probado que Iván Pardo llegó a casa de trabajar en torno a las 8.30 horas de la mañana y que supervisó los estudios de Naiara, que había permanecido toda la noche despierta, estudiando arrodillada sobre grava por imposición del acusado y de Nieves Pardo.
Al no encontrar estas tareas satisfactorias, comenzó a golpearle en la cabeza con los nudillos y a propinarle descargas eléctricas con una raqueta matamoscas, la ató de pies y manos, le introdujo un calcetín en la boca, le golpeó con un cinturón en la espalda y las plantas de los pies y le dio puñetazos y patadas con unas botas de puntera. Posteriormente, la agarró del pelo y la arrojó fuertemente contra el suelo, hasta que la niña quedó inconsciente. Iván Pardo intentó reanimarla, según el jurado, pero no avisó a los servicios de emergencias y sin permitir que lo hicieran las dos menores que presenciaron los hechos, primas de la víctima. Iván Pardo intentó reanimarla, pero no avisó a los servicios de emergencias y sin permitir que lo hicieran las dos menores que presenciaron los hechos, primas de la víctima. Murió en el hospital Miguel Servet.