Sorprendido un ganadero con 43 ovejas muertas por falta de cuidados
En la explotación otras cien cabezas sobrevivían entre excrementos El propietario, un vecino de Huesca, fue imputado por la Guardia Civil
La gran presencia de buitres sobrevolando una explotación ganadera en la Hoya de Huesca llevó al Seprona de la Guardia Civil a inspeccionarla y a hallar 43 cadáveres de ovejas y cabras entre montones de excrementos. Ante ello, los agentes procedieron a imputar al propietario por un delito de maltrato animal. Había otros cien más que, según el instituto armado, sobrevivían allí.
La instalación se encontraba completamente desatendida y los animales no disponían de alimento ni agua, además de tener amontonados gran cantidad de excrementos distribuidos por toda la superficie donde sobrevivían 100 animales, según la Comandancia de la Guardia Civil de Huesca. Los veterinarios del Gobierno de Aragón certificaron aquel 31 de enero las deplorables condiciones en las que se encontraban los animales que todavía quedaban con vida, con desnutrición y falta de higiene.
Pero no fueron las únicas incidencias que los investigadores observaron, ya que al llegar a la explotación vieron que la misma presentaba grandes desperfectos en las puertas de acceso ya que estaban rotas y abiertas, localizando el medio centenar de cabezas de ganado muertas, distribuidas por toda la granja, donde compartían espacio con los animales que todavía quedaban vivos. Algunos de los cadáveres eran ya un simple esqueleto.
Desde ese momento, el Seprona de la Guardia Civil comenzó las gestiones necesarias para dar con el titular de la explotación ganadera, siendo localizado el pasado día 3 de febrero, procediendo a su investigación como presunto autor de un delito de maltrato animal, tratándose de un hombre de 36 años vecino de Huesca.
Por parte del Seprona se continúan realizando inspecciones periódicas a la granja con el fin de verificar que se han restituido las condiciones mínimas de salud y bienestar animal de los ejemplares que continúan con vida en la misma. Las diligencias instruidas fueron remitidas al Juzgado de Instrucción (( (( ((
número 4 de Huesca, quedando el investigado con la obligación de personarse ante el Juzgado cuando sea requerido para ello por la autoridad judicial.
Paralelo a este hallazgo, el Seprona de Teruel descubrió a tres caballos y 13 canes que vivían en condiciones de extrema delgadez, en una corral semiderruido y con aparente riesgo de desplome. Su dueño también quedó imputado.
En junio del año pasado la Guardia Civil rescató a 544 perros que se encontraban en condiciones higiénico sanitarias deplorables por las que dos personas fueron investigadas y ahora la Sección Tercera de la Audiencia de Zaragoza acaba de dar luz verde para juzgarlas.
Los acusados son un hombre de nacionalidad británica y una mujer rumana que regentaban una instalación de Caspe en la que se dedicaban a la cría de perros. Se exponen a un año de cárcel por haber incurrido supuestamente en un delito del artículo 337 del Código Penal, que castiga el maltrato injustificado a los animales que cause lesiones graves.
En una inspección realizada por el Seprona se descubrió que los perros estaban muy sucios y que no se retiraban las heces ni los orines. Asimismo, los agentes comprobaron que sufrían problemas por una alimentación deficiente y la falta de agua. A ello se unía que el recinto carecía de autorización oficial como criadero de perros y que tampoco existía una supervisión veterinaria.