Tiempos de crispación
Luis Solanas Cebolla Zaragoza
Estamos en una época política y social de crispación, de alteración, de enfrentamiento. Esto les viene muy bien a los políticos, es más, ellos son inductores también, porque es más fácil el exabrupto, la confrontación y mucho más complicado argumentar, razonar o convencer al que no piensa como tú. Digo todo esto no solo por lo que ocurre cada dos por tres en el Congreso, hay incluso gente que dice que es un reflejo de la sociedad y puede que tengan razón.
Lo que nos llevaría a reflexionar seriamente sobre qué tipo de sociedad estamos construyendo, ¿por qué no sirve la educación?, ¿por qué no somos capaces de dialogar, de hablar, de poder llegar a un entendimiento beneficioso?
Me da vergüenza ajena que un partido legal como Vox no pueda hablar tranquilamente en Cataluña, o que al contrario, un partido como Esquerra no pueda hacer un mitin en Madrid por ejemplo, sin sufrir la ira de sus adversarios políticos. Desde luego algo estamos haciendo mal como sociedad y eso que hay que reconocer que hemos avanzado muchísimo, pero no podemos tirar por la borda principios tan básicos como la tolerancia o el civismo.
La crispación vende, da titulares, abre telediarios, pero donde este la educación seguro que impera la justicia y un bien tan escaso como la inteligencia.